¿Sabes qué llevar en tu mochila para un día de senderismo?

¿Qué llevar en tu mochila para un día de senderismo? Los imprescindibles para no fallar en la montaña

Reportaje

Consejos de montaña

Planifica tu salida con seguridad: estos básicos no deben faltar en tu mochila de senderismo. Agua, orientación, comida y abrigo son la clave para disfrutar sin contratiempos.

5 consejos para disfrutar de la primera cima de una montaña

senderissmo mochilla y consejos
Una mochila bien equipada con agua, un cortavientos y algo de comida energética marca la diferencia en una salida de senderismo. (Copyright/Curated)

Salir a caminar por la montaña puede parecer tan simple como calzarse unas buenas botas y empezar a andar. Pero quien ya tiene experiencia sabe que la diferencia entre una jornada placentera y un mal recuerdo se esconde en los pequeños detalles. Y el primero de ellos es la mochila. Ese aliado silencioso que carga con todo lo que podemos necesitar. Son los imprescindibles que no pueden faltar en tu mochila para disfrutar de la montaña con seguridad y ligereza

Simplicidad y sentido común

A continuación, repasamos los básicos que nunca deben faltar en una salida de un día. No importa si es una ruta suave por un sendero señalizado o una travesía más exigente en terreno alpino. Puede parecer una obviedad, consejos simples que cualquiera daría por sabidos, pero lo cierto es que muchos urbanitas que se aventuran a descubrir la montaña prescinden de alguno de ellos. Y ahí empiezan los problemas. No hablamos de cargar con un mochilón. Basta con aplicar sentido común y armar una mochila ligera y práctica.

 

El equipamiento básico en la mochila asegura disfrutar del senderismo con comodidad y sin contratiempos. (Copyright/Getty Imatges)

La importancia del material adecuado

Además, no todas las mochilas sirven. En ocasiones vemos a personas caminando por la montaña con pseudo bolsas en la espalda que para un paseo corto en la ciudad o en el campo pueden valer, pero en una jornada completa de senderismo acaban siendo una tortura para la espalda y los hombros. Ya hablaremos en otro artículo de cómo elegir la mochila adecuada, pero conviene recordar que el confort y la ergonomía son tan importantes como el contenido. Y eso sin olvidar que tampoco debemos estrenar cualquier tipo de calzado o botas en una salida de un día. Si no se da un tiempo de adaptación, puede convertirse en una auténtica tortura. Las botas y zapatillas de montaña deben estrenarse poco a poco para que el pie se acostumbre y evitar rozaduras o ampollas.

Agua: tu mejor seguro de vida

La hidratación es clave. Aunque el día sea fresco, el esfuerzo y la altitud aceleran la deshidratación. Lleva al menos 1,5 litros de agua, ya sea en cantimplora o en una botella térmica. En ocasiones los senderistas dan por sentado que en la montaña siempre habrá fuentes, pero no todas son potables y algunas pueden estar secas. Por eso conviene informarse bien antes de salir y, en caso de duda, llevar pastillas potabilizadoras -hay muchas marcas en el mercado- si vamos a utilizar agua de origen incierto. Las pastillas liberan sustancias como cloro o yodo que eliminan bacterias, virus y otros patógenos. Alteran algo el sabor del agua, pero son muy útiles en situaciones de emergencia. Por decirlo de una manera, son una solución para disponer de agua con garantías cuando no hay otra opción y el calor aprieta. 

Cortavientos ligero: el escudo invisible

El tiempo en la montaña cambia en cuestión de minutos. Un cortavientos ligero ocupa poco espacio, pesa casi nada y puede salvarte de un enfriamiento inesperado. Si además es impermeable, mejor. No olvides que incluso en pleno verano una ráfaga fría en altura puede arruinar la excursión. Una chaqueta impermeable, ultraligera y técnica que pese poco, ocupe casi nada y ofrezca una protección fiable es simplemente imprescindible. Por ejemplo, firmas como Helly Hansen han lanzado modelos como la Verglas Fastpack 2.5L, con apenas 180 gramos de peso, que resumen perfectamente lo que debería ser esta segunda piel en la montaña.

Senderismo
Preparar bien la mochila antes de salir a la montaña es la mejor garantía de seguridad y disfrute. (Copyright/Getty Imatges)

Orientación: mapa físico o app offline

Confiar en la cobertura móvil es un error frecuente. Descarga mapas offline en una app de montaña o lleva un mapa en papel con brújula. La señalización de los senderos ayuda, pero no siempre es suficiente. La niebla, un desvío mal señalizado o una confusión de caminos pueden dejarte desorientado. No se trata de perderse, sino de disfrutar con la tranquilidad de saber siempre dónde estás. La plataforma web y aplicación móvil  más utilizada es Wikiloc que permite descubrir, compartir y guardar rutas de actividades al aire libre en cualquier parte del mundo.

Energía en el bolsillo: barritas y frutos secos

Cuando la fatiga aparece, un puñado de frutos secos, una barrita o un trozo de chocolate son la chispa que devuelve la energía. Olvídate de cargar con bocadillos enormes. Lo importante es la ligereza y el aporte calórico rápido. Si la ruta es larga, combina tentempiés con algo más consistente en una pausa tranquila. Comer bien es también una forma de mantener el ánimo.

Frontal o linterna: porque el día engaña

Una jornada que parece corta puede alargarse por una subida más dura de lo esperado, una parada larga o un imprevisto. Lleva siempre un frontal o linterna, aunque no planees volver de noche. Y no olvides comprobar las pilas o la batería. La diferencia entre tener luz o no tenerla puede marcar un antes y un después en una experiencia de montaña.

Mini botiquín: pequeñas soluciones

Un botiquín básico no ocupa nada y puede salvar una ruta. Tiritas, gasas, desinfectante, esparadrapo, paracetamol y algún antiinflamatorio son suficientes para solventar cortes, ampollas o golpes. No se trata de improvisar un hospital portátil, sino de tener lo justo para reaccionar. Si tu ruta es en grupo, basta con que una persona lleve un botiquín compartido.

Un silbato, pequeño pero vital

Un silbato puede parecer un accesorio menor, pero en montaña es una herramienta de seguridad eficaz y ligera. Con apenas unos gramos de peso, multiplica el alcance de tu voz incluso más que un grito, atraviesa viento o niebla y facilita que un rescate te localice antes. No ocupa espacio y puede marcar la diferencia entre volver a casa con un susto o con un problema serio.

Más allá de lo básico

A partir de aquí, cada excursionista personaliza su mochila según la ruta, la estación o sus necesidades: crema solar, gafas de sol, un gorro ligero, bastones o incluso una manta térmica de emergencia. Lo esencial es encontrar el equilibrio entre seguridad y ligereza. Cargar de más puede ser tan problemático como olvidarse lo esencial. En resumen: para un día de senderismo, la clave está en ir ligero pero preparado. La montaña regala paisajes, experiencias y momentos únicos, pero también exige respeto y planificación. Y todo empieza con una mochila bien equipada.

Los 6 básicos que nunca deben faltar en tu mochila

  • Agua (mínimo 1,5 L): tu mejor seguro de vida.
  • Cortavientos ligero: ocupa poco y te salva de un enfriamiento.
  • Mapa físico o app offline: no confíes en la cobertura móvil.
  • Barritas o frutos secos: energía rápida en el bolsillo.
  • Frontal o linterna: nunca sabes si volverás de día.
  • Silbato de supervivencia: no pesa nada y puede salvarte en un rescate.
  • Mini botiquín: pequeñas soluciones para grandes problemas.
  • Newsletter Turiski

    Recibe cada jueves toda la actualidad outdoor en tu correo electrónico.

  • Miquel Ribas

    Periodista y Editor de Turiski