Morirse de risa es una promesa arriesgada, pero aquí se cumple. La célebre farsa de Michael Frayn -una oda al vodevil y al teatro dentro del teatro- regresa al Teatre Borràs de Barcelona con una energía renovada y un timing que funciona como un reloj suizo: puertas que no cierran, actores que olvidan el texto, líos sentimentales cruzados y un engranaje escénico que convierte el desastre en arte. En cartel hasta el 7 de diciembre.
Una relectura con pulso actual
Lo que aquí vemos no es solo la reposición de un clásico contemporáneo, sino una relectura viva firmada por Paco Mir, que actualiza el texto con guiños a la cultura digital y la exposición permanente de las redes sociales, un acento diferencial respecto a anteriores montajes en Barcelona. Mir vuelve a formar tándem con Alexander Herold, el director inglés afincado en Valencia que ya pilotó la exitosa producción de 2018; y, entre bambalinas, el exTricicle compagina esta aventura con “Els Bons” en el Poliorama y los próximos estrenos de “Glorious” y “La venganza de don Mendo”.
La maquinaria giratoria del caos
La obra dentro de la obra -esa delirante “Me enseñas la sardina”- se despliega en tres actos de vértigo que alternan ensayo general, función y naufragio total. La escenografía giratoria es el gran hallazgo visual: permite espiar el escenario por delante y por detrás, asistir al teatro como maquinaria de precisión y como fragilidad humana a punto de saltar por los aires. El ritmo es trepidante durante 105 minutos sin pausa; la comedia física convive con la réplica punzante y la caída calculada, esa gimnasia de la risa que exige un reparto afinadísimo.
Un reparto que enciende la sala
Y el reparto responde con nota. Jordi Banacolocha, a sus 81 años, demuestra una autoridad cómica que ilumina la escena; Agnès Busquets compone una “señora de la casa” de dicción afilada y nervio inagotable; Jordi Díaz marca la pauta del caos como director de la troupe; Àlex Ferré borda al tramoyista imposible; Meritxell Huertas disfruta cada doble sentido; Mònica Macfer sostiene la partitura desde la ayudantía de dirección; Rocío Madrid explota con inteligencia el arquetipo de “morena sexy” sin caer en caricatura; Octavi Pujades aporta carisma de galán con fisicidad burlesca; y Jordi Vidal convierte al “marido pedante” en una mina de gags. Nueve intérpretes en plena forma que engrasaron la comedia hasta el aplauso sostenido.
Más allá de la carcajada, “Pel davant i pel darrere” toca una tecla muy reconocible. La fragilidad del oficio y esa frontera porosa entre la perfección que exige el público y el error que acecha detrás del telón. La actualización sobre la tiranía del “postear” y las apariencias digitales suma una capa de contemporaneidad: el teatro como espejo deformante del presente.
El resultado es una función endiabladamente divertida y técnicamente impecable, que honra el espíritu del clásico de Frayn y lo planta de nuevo en la Barcelona de hoy: bulliciosa, conectada, exhibicionista y, por suerte, aún capaz de reírse de sí misma. En el Teatre Borràs, hasta el 7 de diciembre.
Ficha técnica
Título
Pel davant i pel darrere (Noises Off)
Autor
Michael Frayn
Versión / Adaptación
Paco Mir
Dirección
Alexander Herold
Idioma
Catalán
Lugar y fechas
Teatre Borràs (Barcelona) · En cartel hasta el 7 de diciembre
Duración
105 minutos sin pausa
Reparto
J. Banacolocha, A. Busquets, J. Díaz, À. Ferré, M. Huertas, M. Macfer, R. Madrid, O. Pujades, J. Vidal
Escenografía
Plataforma giratoria con vistas frontal y trasera
Sinopsis
Vodevil meta-teatral: ensayo, función y desastre convertidos en precisión cómica.



