Mar i Cel salta al cine con un espectáculo más inmersivo

Mar i Cel salta al cine con un espectáculo más cercano e inmersivo

Crítica

La última producción de Dagoll Dagom en el Teatre Victòria revive en el cine con un lenguaje visual poderoso, una banda sonora arrolladora y sin perder la esencia teatral del clásico musical

Mar i Cel cine
Imagen de la nueva versión filmada de Mar i Cel, que lleva el clásico musical de Dagoll Dagom del Teatre Victòria a la gran pantalla cinematográfica. (Copyright/@3Cat)

Un radiante Mar i Cel, basado en la última producción de Dagoll Dagom en el Teatre Victòria (2024) y protagonizado por Alèxia Pascual y Jordi Garreta en los papeles estelares, da el salto a la gran pantalla cinematográfica gracias a una coproducción con 3Cat. La película, distribuida por Alfa Pictures, se ha estrenado en 44 salas repartidas por Catalunya y en otras cuatro ciudades –Ibiza, València, Vila-real y Palma–, ofreciendo una nueva manera de vivir el espectáculo y acercando el musical a un público que quizá nunca haya pisado la platea del Victòria.

Más de cuatro décadas después de que Dagoll Dagom estrenara por primera vez Mar i Cel del dramaturgo Ángel Guimerá (1845-1924), este clásico contemporáneo del teatro catalán demuestra que sigue vivo y en plena forma. El paso al cine no es un simple registro en vídeo, sino una relectura visual que respeta el montaje y, a la vez, lo expande.

Cuando el patio de butacas se convierte en cubierta de barco

Turiski acudió el pasado lunes al preestreno en la sala grande de los Aribau Cinemas, con sus 1.100 butacas ocupadas por los invitados. Acomodados en la fila 7 junto a la actriz Laura Llobet, que no había visto ninguna de las cuatro producciones teatrales de Dagoll Dagom, la experiencia fue casi inmersiva. Visionado el metraje, actriz y periodista coincidimos en la sensación de haber navegado en el barco pirata desde nuestras localidades.

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Mar i Cel, dirigida por Paulí Subirà Claramunt y rodada íntegramente en 4K, captura el musical de Dagoll Dagom en una versión cinematográfica que mantiene intacta su esencia teatral. (Copyright/@3Cat)

Como apuntaba Laura, “sin perder la esencia teatral y disfrutando de unos primeros planos excelentes”, la cámara captura los detalles más mínimos que, sobre el escenario, a menudo quedan en un segundo plano. Un gesto contenido, una mirada fugaz o una lágrima a media luz ganan peso dramático en la gran pantalla, reforzando la historia de Saïd y Blanca sin traicionar la teatralidad original.

En este formato, las interpretaciones de Alèxia Pascual y Jordi Garreta se perciben con una cercanía inédita para el espectador de patio de butacas. Sus voces y su química se benefician de la proximidad del objetivo: los matices emocionales afloran con más claridad y la tragedia final golpea con una intensidad casi íntima, pese a estar compartida por un millar de personas en la sala.

¿Teatro filmado o cine musical? La frontera se difumina

Dirigida por Paulí Subirà Claramunt, la película combina la fuerza del espectáculo teatral con un lenguaje cinematográfico de gran potencia visual. Rodada íntegramente en 4K, HDR y Dolby Visión, ofrece imágenes inéditas y nuevas perspectivas –como las cámaras situadas sobre el barco o los movimientos envolventes que recorren el escenario– que permiten sumergirse aún más en la historia de Saïd y Blanca.

Subirà evita el mero registro plano de la función y apuesta por un montaje ágil que favorece el ritmo del musical. El resultado se sitúa en una estimulante frontera entre el teatro filmado y el cine musical, una fórmula híbrida que puede abrir camino a futuras producciones escénicas que busquen una segunda vida en pantalla grande.

La película también tiene un valor añadido para quienes ya han visto el espectáculo en directo. No pretende sustituir la experiencia teatral, sino complementarla con otra mirada, más cercana y detallista, que permite redescubrir escenas y números musicales desde ángulos imposibles para el ojo del espectador en la platea.

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La pareja protagonista, Alèxia Pascual y Jordi Garreta, da vida a Saïd y Blanca en esta versión cinematográfica de Mar i Cel rodada en 4K. (Copyright/@3Cat)

La música como gran marea emocional

La banda sonora cuenta con la participación de 53 músicos de la Orquestra Simfònica del Vallès, dirigidos por Sergi Cuenca, con la supervisión de Joan Vives y, como no podía ser de otra manera, con el imprescindible Albert Guinovart al piano. El resultado es una marea sonora poderosa y envolvente que refuerza cada giro dramático y que, en una sala de cine bien equipada, se convierte en un personaje más.

Los acordes de Guinovart, que forman parte ya del imaginario colectivo de varias generaciones, resuenan con una limpieza y una profundidad que el sistema de sonido cinematográfico potencia hasta el extremo. Cada crescendo orquestal y cada coro se sienten físicamente en la butaca, subrayando el conflicto entre mundos que define Mar i Cel.

En conjunto, esta versión cinematográfica ofrece una puerta de entrada privilegiada al universo de Dagoll Dagom y una oportunidad para que nuevas audiencias se enamoren de una historia que sigue interpelándonos sobre la intolerancia, el desarraigo y los amores imposibles. Un Mar i Cel radiante que confirma que los grandes musicales pueden seguir navegando con viento a favor también en la gran pantalla.

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