L’Abarset enciende el invierno andorrano con más música, más gastronomía y más noches memorables

L’Abarset marca el ritmo del après-ski andorrano. Los hay que van a disfrutar a fondo y los hay que van a dejarse ver. Y los hay que hacen ambas cosas. Porque L’Abarset tiene duende, es un imán en mitad de la nieve que atrae a esquiadores, melómanos y curiosos con una misma promesa: las tardes aquí no se olvidan. El próximo 29 de noviembre, el templo del après-ski de Grandvalira – El Tarter vuelve a encender su luz para estrenar la temporada 2025-2026. Lo hace reafirmando su papel como espacio icónico del invierno andorrano, con un equilibrio medido entre innovación, tradición de montaña y una experiencia sensorial que va mucho más allá de tomarse la última copa del día.

Un invierno para subir el listón

L’Abarset se ha consolidado como el peak del après-ski en los Pirineos. Es el lugar al que se desea llegar después de una jornada de pistas, admirado por los amantes de la música electrónica y buscado por quienes quieren vivir la montaña con un plus de exclusividad. Esta temporada, la propuesta va un paso más allá, con una programación musical de primer nivel, una oferta gastronómica renovada casi por completo y mejoras arquitectónicas pensadas para disfrutar mejor del sonido y del entorno.

Cartel musical de altura

El templo invernal de la electrónica vuelve a vibrar con un cartel que no desentonaría en ningún gran festival europeo. Por L’Abarset pasarán esta temporada Adam Beyer, Nina Kraviz, 2 Many DJs, Paco Osuna, Toman o East End Dubs, entre otros nombres destacados. La terraza y la sala volverán a convertirse en un escenario de altura donde la nieve forma parte del decorado.

Las colaboraciones con Brunch Electronik y Bresh, dos de las marcas más potentes de la escena global, repiten protagonismo y transforman muchas tardes en auténticos rituales colectivos: sesiones largas, público entregado y esa mezcla tan característica de montaña, diseño y fiesta. El lineup completo ya puede consultarse en la web de L’Abarset, donde también se pueden adquirir las entradas para los eventos de diciembre.

L’After, el secreto nocturno mejor guardado

Para quienes no quieren que la jornada termine con la última canción en la terraza, L’Abarset mantiene L’After, su formato de club reducido y de aforo limitado. Es la prolongación más íntima de la experiencia: una sala cuidada, sonido impecable y ambiente selecto hasta las dos de la madrugada en días concretos de la temporada. Un concepto que se ha convertido en uno de los secretos mejor guardados del ocio nocturno en Andorra.

Cocina de montaña con carácter

L’Abarset ya no es solo música y copas. Esta temporada se reafirma también como destino gastronómico propio. El restaurante presenta una carta renovada casi por completo que respira montaña, producto de temporada y técnica contemporánea. Carnes de primer nivel, pescado fresco seleccionado y postres reinventados conviven en una propuesta versátil pensada tanto para el vermut de mediodía como para un almuerzo sin prisas o una cena que se alarga entre amigos.

La cocina de mercado y el producto de temporada son el hilo conductor de una carta que mezcla tradición y modernidad en un entorno privilegiado. La atmósfera es cálida, sofisticada y a la vez relajante, ideal para quienes quieren saborear el día antes de entrar de lleno en el ambiente de après-ski.

VIP, backstage y finger food de alto nivel

El espacio VIP, ya convertido en un pequeño objeto de culto dentro de L’Abarset, eleva todavía más la experiencia. Situado junto a la cabina del DJ y con capacidad para unas 170 personas, ofrece una proximidad privilegiada a la música y una atmósfera cuidada al detalle. Finger food premium, servicio atento y una selección de producto que esta temporada suma un guiño muy especial: el jamón Maldonado cortado a mano, una declaración de intenciones en materia de calidad.

Para quienes quieren ir un paso más allá, la opción Backstage, disponible según aforo, permite vivir la sesión desde el corazón del recinto. Es la forma más directa de entender por qué L’Abarset no es un simple local, sino una experiencia que se desea y se recuerda.

Goiko sobre ruedas y formato rápido sin renunciar a la calidad

La propuesta gastronómica se completa con el regreso de la foodtruck de Goiko, que estrena nuevo vehículo esta temporada. Sus hamburguesas gourmet siguen siendo la opción perfecta para quienes prefieren un formato rápido, informal y sabroso, pero no están dispuestos a renunciar a la calidad del producto.

Arquitectura, paisaje y sonido

L’Abarset también incorpora mejoras pensadas para ajustar aún más la experiencia al entorno. Este invierno, la fachada del local estrena nuevos cerramientos de vidrio que optimizan la acústica interior y ayudan a minimizar el impacto sonoro sobre el paisaje de Grandvalira. La arquitectura orgánica del espacio, con más de 2.000 metros cuadrados integrados en la montaña, sigue siendo uno de sus rasgos más admirados: madera, líneas envolventes y esa sensación de calidez que acompaña al visitante desde la terraza hasta el último rincón de la sala. El restaurante, diseñado por David Alayeto, refuerza esa idea de que el exterior se fusiona con el interior. Grandes ventanales, luz natural y un interiorismo envolvente convierten cada comida en una forma distinta de mirar el Pirineo.

Horarios para saborear la experiencia

El restaurante de L’Abarset se convierte en una parada obligatoria para quienes quieren que el día de esquí tenga sabor propio. Entre semana abre de 12:00 a 16:00 y de 19:30 a 22:30, salvo en fiestas de promotor, en las que se sirve únicamente servicio de mediodía. Los sábados mantiene el horario de 12:00 a 16:00, pensado para quienes alargan la mañana en pistas o encadenan la comida con el inicio del après-ski.

Con su nueva temporada, L’Abarset reafirma una idea que ya forma parte de su identidad: no es solo un lugar al que se va, es un lugar al que se quiere volver. Un punto de encuentro donde la música electrónica, la gastronomía de montaña, la arquitectura integrada en el paisaje y una atmósfera muy cuidada convierten cada tarde en una pequeña celebración del invierno.