¿Bastones de senderismo o solo un apoyo improvisado?
En la montaña, no todo vale. Y aunque algunos excursionistas o senderistas aún piensan que cualquier palo o cayado que se usa para sostenerse sirve como apoyo, la diferencia entre eso y un buen par de bastones de senderismo técnicos es enorme.
¿De verdad necesitas bastones de senderismo?
Es una pregunta frecuente entre quienes empiezan o incluso entre senderistas experimentados. A simple vista pueden parecer opcionales, pero en recorridos largos o con peso, se convierten en aliados esenciales.
Los bastones no solo sirven para apoyarse: reparten el esfuerzo entre brazos y piernas, alivian las articulaciones, mejoran la estabilidad y ayudan a mantener un buen ritmo. En este artículo te contamos cuándo es recomendable usarlos, qué ventajas aportan y cómo elegir el modelo adecuado según tu tipo de actividad.

¿Llevas bastones o solo llevas dos palos con punta?
En el mundo del senderismo, muchas veces nos planteamos: ¿realmente necesito unos bastones o me basta con agarrar un par de palos que encuentre?. En este articulo explicaremos por qué los bastones de senderismo pueden marcar la diferencia, cuándo conviene llevarlos y cómo elegirlos bien.
Cuando caminamos montaña arriba o montaña abajo, haciendo kilómetros y con un peso «extra» en la mochila, nuestras articulaciones -rodillas, tobillos, caderas- van a sufrir. Pensad que todo el peso se reparte en las dos piernas. Sin embargo, si utilizamos bastones, repartimos parte de ese esfuerzo entre cuatro puntos de contacto (dos piernas + dos brazos con bastones), quitando carga a nuestras articulaciones.
¿Por qué usar bastones?
- Según investigaciones en biomecánica, los bastones reducen la carga en las extremidades inferiores y mejoran la estabilidad cuando transportamos carga.
- También ayudan a mantener el equilibrio en terreno inestable, lo que reduce el riesgo de caídas.
- Además, pueden servir para mantener un mejor ritmo de marcha y una postura más erguida.
¿Cuándo es más recomendable llevarlos?
- Cuando la salida va a ser larga, con muchas horas de caminata, y vas a cargar mochila pesada.
- En terreno con pendientes importantes (subidas o bajadas) o zonas con piedra suelta, nieve, ríos, donde la estabilidad se complica.
- Si tus rodillas o tobillos tienden a resentirse o ya tienes alguna molestia: los bastones pueden aliviar parte del impacto.
- Si buscas comodidad para avanzar más tranquilo o reducir fatiga.

¿Cuándo quizá no los uses?
- En recorridos muy cortos, sin desnivel, terreno liso donde la ventaja es mínima.
- Si te has especializado en trailrunning o zonas donde el uso de las manos es constante (trepadas, crestas estrechas) y los bastones entorpecen.
- Si prefieres tener las manos libres o cargar otro tipo de material donde los bastones añadan más complicación de lo que quitan.
¿Qué tener en cuenta al comprar unos bastones?
Aquí vamos a ver los criterios clave para elegir bien los bastones de senderismo, de modo que realmente hagan su trabajo y no se conviertan en un mero estorbo.
- Número de bastones: Es imprescindible llevar dos, uno para cada mano, para evitar descompensaciones físicas. Si solo llevas uno, pierdes parte de la ventaja de repartir la carga.
- Mango ergonómico: El mango debe ser cómodo (escotado, antideslizante), adaptarse bien a tu mano y no rozar cuando caminas con ellos. Un buen agarre mejora control y reduce fatiga.
- Sistema de cierre / ajuste de longitud:
- Hay bastones cónicos (tipo que encajan unos tubos dentro de otros) y bastones con palometa (rosca de apriete).
- Yo personalmente prefiero los de palometa: un poco más pesados, sí, pero más duraderos: si se aflojan, solo aprietas la rosca, mientras que los sistemas cónicos tienden a deteriorarse más rápido.
- Longitud ajustable: Debes poder ajustar la altura en función del terreno (subida, bajada) para aprovecharlos al máximo.
- Materiales y peso: Aluminio o carbono. El peso disminuye la fatiga general, pero los materiales más ligeros suelen costar más. Es un equilibrio.
- Puntas y accesorios: Las puntas deben tener buen agarre (rocas, barro, nieve). Puede haber «cestas» para nieve, tapas para roca. Y que permitan adaptarse al terreno.
- Correa de muñeca: Una buena correa evita que se te caiga el bastón, mejora la empuñadura, y transmite fuerza sin tener que apretar demasiado el mango.
- Adaptabilidad al uso que haces: Si haces salidas tranquilas, bastones básicos pueden valer. Si haces trekking técnico, mochila pesada o nieve… busca gama más alta.

Cómo usar los bastones para sacarles el máximo partido
No basta con llevarlos: hay técnica, aunque sencilla, que hace que cumplan su función.
- Ajusta la longitud del bastón de forma que, de pie y con el brazo casi en ángulo de 90°, el bastón llegue al suelo sin forzar.
- En subida: acorta un poco los bastones para empujar hacia delante y arriba.
- En bajada: alarga ligeramente los bastones, plántalos por delante del cuerpo, sirve para «frenar» la bajada y reducir impacto en rodillas.
- Al caminar: sincroniza brazo‑pie opuesto: cuando avanzas con pie derecho, planta el bastón izquierdo, y viceversa. Esto mantiene un buen ritmo y equilibrio.
- Suelta un poco la muñeca: no agarres como una raqueta de tenis, déjalos actuar como apoyo, no cargar solo de brazos.
- En terreno irregular o cruzando río: usa los bastones como sondas para probar el agarre o profundidad.
- Guarda los bastones cuando haya tramos donde uses mucho las manos (trepadas, zonas muy técnicas, crestas), para que no te entorpezcan.



