Cómo elegir tu tercera capa: la chaqueta que te protege de lluvia, viento y frío en la montaña

Te mojas cuando vas a la montaña? ¿Sientes el viento atravesarte cuando llegas a la cima? Lo más probable es que no estés utilizando bien tu tercera capa, también conocida como capa exterior o capa de protección.

En la montaña el clima cambia con rapidez. Un cielo despejado puede tornarse en lluvia intensa en minutos y el viento a gran altitud puede hacer que la sensación térmica se desplome. Aquí es donde entra en juego la tercera capa, tu última barrera contra los elementos y una prenda esencial para garantizar seguridad y confort durante la actividad.

La tercera capa es tu escudo contra el viento, la lluvia y la nieve. Una protección eficaz empieza por entender qué función cumple cada prenda y cómo combinarlas bien. Por eso, saber vestirse por capas no es solo una cuestión de confort, también es clave para tu seguridad en montaña.

¿Qué función tiene la tercera capa?

La tercera capa va encima de todo lo demás. Su función es impedir que el agua, el viento y la nieve lleguen al cuerpo, sin bloquear la transpiración.

Para ello, debe cumplir con dos condiciones fundamentales:

• Impermeabilidad: para evitar que la lluvia y la nieve nos mojen.
• Transpirabilidad: para permitir que el sudor salga y no se condense por dentro, lo que provocaría enfriamiento.

Si te mojas por fuera o por dentro, pierdes temperatura corporal. Por eso, una buena tercera capa es tan importante como la térmica o la primera.

Tipos de prendas como tercera capa

Aunque hay muchos diseños en el mercado, podemos agrupar las prendas de tercera capa en dos grandes categorías:

1. Chubasqueros básicos o ponchos

Son prendas económicas, de plástico o PVC, que impiden el paso del agua exterior, pero no permiten evacuar el sudor.

• Ventajas: baratos, ligeros, fáciles de guardar.
• Inconvenientes: sin transpiración, te mojas por dentro si los usas durante mucho tiempo o en actividad física.
• Uso recomendado: emergencias o lluvia ligera en paseos breves.

No son recomendables para montaña o actividad física prolongada: acabarás empapado… por tu propio sudor.

2. Chaquetas con membrana técnica

Son las auténticas terceras capas de montaña. Incorporan una membrana impermeable y transpirable laminada entre el tejido exterior y un forro interior o de soporte.

• Ventajas: protegen del agua, del viento y dejan salir el vapor de sudor.
• Inconvenientes: precio más elevado, requieren mantenimiento para conservar sus propiedades.

Estas chaquetas pueden tener entre 2 y 3 capas laminadas:

• 2 capas: más ligeras, para senderismo suave o uso ocasional.
• 2.5 capas: intermedias, compactas y versátiles.
• 3 capas: robustas, técnicas, pensadas para montaña exigente y uso intensivo.

¿Qué características debe tener una buena chaqueta impermeable?

• Capucha ajustable: que cubra bien y permita moverse con visibilidad. En alpinismo debe poder llevar casco.
• Costuras termoselladas: imprescindibles para garantizar impermeabilidad total.
• Ventilaciones: cremalleras bajo las axilas o laterales para favorecer la expulsión de calor.
• Bolsillos altos: compatibles con arnés o mochila con cinturón.
• Cremalleras impermeables o protegidas: para evitar filtraciones.

¿Qué es la columna de agua y por qué importa?

La columna de agua (mm) indica cuánta presión de agua puede soportar el tejido antes de dejar pasar humedad. Cuanto mayor sea el número, más impermeable es la prenda.

• Hasta 5.000 mm: repelente al agua (no recomendable para montaña).
• 10.000-15.000 mm: suficiente para senderismo y lluvia moderada.
• 20.000-30.000 mm o más: ideal para montaña técnica, lluvia intensa, uso prolongado.

Consejo: busca siempre chaquetas con columna de agua a partir de 10.000 mm si vas a la montaña. Por debajo, es solo para paseos urbanos.

Transpirabilidad: el otro factor clave

Una chaqueta muy impermeable pero nada transpirable te acabará mojando… desde dentro. Por eso, la transpirabilidad —medida en g/m²/24h— también importa:

• 5.000-10.000 g/m²/24h: básica. Para esfuerzos suaves.
• 15.000-20.000 g/m²/24h: buena transpiración. Senderismo activo.
• +20.000 g/m²/24h: para actividades intensas en montaña o alpinismo técnico.

¿Cómo elegir según la actividad?

• Senderismo ocasional: chaqueta 2 o 2.5 capas, ligera, compacta, buena ventilación.
• Travesías de varios días: 2.5 o 3 capas, mayor resistencia y protección.
• Alta montaña o alpinismo: 3 capas, membranas de alta gama, capucha compatible con casco, refuerzos.
• Uso polivalente o diario: 2.5 capas con buen equilibrio peso/prestación.

Errores comunes al elegir la tercera capa

• Usar chubasqueros básicos para montaña: acabarás sudado por dentro.
• No comprobar columna de agua ni transpirabilidad: pueden parecer iguales, pero hay enormes diferencias.
• Comprar una chaqueta sin ventilación: limita el confort en rutas largas o con esfuerzo.
• Elegir por estética y no por función: la montaña exige técnica, no moda.
• No revisar costuras, cremalleras o ajuste: pequeños detalles que marcan la diferencia.

¿Es necesario tener una tercera capa?

Sí. Incluso aunque el pronóstico sea bueno, en montaña el clima cambia rápido. Una tercera capa te protege no solo de la lluvia, sino también del viento o una bajada brusca de temperatura.

Hoy en día puedes encontrar chaquetas con membrana a precios asequibles, con muy buenas prestaciones para senderismo. Por eso, no tener una tercera capa técnica ya no es excusa.

La tercera capa, tu escudo más importante

No subestimes el valor de una buena tercera capa. Puede marcar la diferencia entre una experiencia memorable… o una jornada para olvidar.

Elegir una chaqueta adecuada te da libertad de moverte, comodidad bajo la lluvia, protección contra el viento, y te mantiene seco tanto por fuera como por dentro.
No solo mejora tu confort: también aumenta tu seguridad en montaña.