Llegamos al Recinte Modernista de Sant Pau con una pregunta muy simple, queríamos comprobar hasta qué punto, en esta quinta edición de Els Llums de Sant Pau, el visitante se convierte de verdad en protagonista. En plena campaña navideña, cruzar la puerta del recinto tiene algo de ritual. Nada más hacerlo, la oscuridad del Eixample se diluye en un paseo de luces, música y sonidos donde el visitante deja de ser público para convertirse en parte de la escena. Esa es, precisamente, la sensación que nos llevamos los dos reporteros de Turiski.es después de recorrer con calma este itinerario luminoso, más interactivo y juguetón que en años anteriores.
Un paseo que gira en torno a ti
Si uno no tiene prisa y asume que la batería del móvil caerá en combate después de decenas de fotos y vídeos, el tiempo se estira. Durante aproximadamente cien minutos, la visita se convierte en una sucesión de pequeños momentos en los que el recorrido gira en torno a ti. Las 18 instalaciones de luz están pensadas para que pases de espectador a protagonista, pulsando, girando, caminando entre destellos o dejándote envolver por túneles y figuras que se reflejan en los ventanales modernistas de Domènech i Montaner.
El diseño del circuito saca todo el partido posible al conjunto arquitectónico. Cada estación de luz dialoga con una fachada, una cúpula o un jardín, de modo que el Recinte Modernista no es solo el escenario de un espectáculo navideño, sino otro personaje más que se suma a la historia. En esta edición, además, el juego se refuerza con un reto: un pequeño enigma navideño que se va desvelando a través de letras escondidas entre las luces y que invita a mirar con más atención de lo habitual.
Jugar, tocar y dejarse sorprender
La experiencia está pensada para familias, parejas y grupos de amigos que quieran algo más que “ver” luces. Aquí se trata de tocarlas, de probar cada instalación, de dejarse sorprender y, si apetece, de llevar la visita un paso más allá. Incluso existe la opción de entrar en un confesionario muy particular, con un pequeño suplemento, donde se pueden compartir esas historias que suceden entre luces, sombras y secretos de Navidad.
El componente lúdico se completa con los sorteos y premios asociados a la visita. Participar en las diferentes propuestas puede tener recompensa en forma de entradas para el Parque de Atracciones del Tibidabo, accesos al Festival Cruïlla 2026 o Cruïlla Invierno e invitaciones para Els Llums de Sant Pau 2026. Un guiño extra que alarga la experiencia más allá del propio recorrido.
Navidad para tomársela con calma
Hasta el 11 de enero, Els Llums de Sant Pau seguirá encendiendo las noches de Barcelona con este paseo luminoso, abierto cada día entre las 17.30 y las 21 horas. Es una invitación a bajar el ritmo, dejarse guiar por el brillo de las instalaciones y volver a mirar el Recinte Modernista con ojos de niño. Señoras y señores, niños y niñas, si este invierno pasan por Barcelona, reserven una tarde para Sant Pau y permitan que la Navidad les cuente otra historia de luz.
