Un joven de 22 años, Mafen Traoré Soucko, vecino de Monzón, perdió la vida, mientras se bañaba en la zona del salto de Pozán de Vero, una de las pozas que hay en esta zona del Somontano (Huesca), El paraje es destino habitual para quienes buscan refrescarse en plena naturaleza durante los meses de calor. La identidad del fallecido se ha hecho pública al confirmarse que era jugador del Atlético Monzón B. El club de fútbol ha emitido un comunicado en redes sociales expresando su pésame: «Nos deja demasiado pronto, pero su recuerdo quedará siempre en el corazón del club. Todo nuestro cariño y fuerza para su familia, amigos y compañeros».
El aviso de la desaparición se recibió – martes 24 de junio- poco después de las siete de la tarde en el Puesto de la Guardia Civil de Barbastro. Inmediatamente se activó un dispositivo de búsqueda en el que participaron agentes de Seguridad Ciudadana de los puestos de Barbastro y Berbegal, así como efectivos del Grupo de Especialistas de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Zona de Aragón, con base en Huesca.
Tras dos horas de rastreo, hacia las nueve y media de la noche, los GEAS localizaron el cuerpo sumergido del joven, sin signos vitales. El cadáver fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Zaragoza, donde se le practicará la autopsia. La Unidad Orgánica de Policía Judicial (UOPJ) se ha hecho cargo de la investigación y ha iniciado las diligencias oportunas, que serán remitidas al Juzgado de Guardia de Barbastro.

Un paraje con siglos de historia
El lugar donde ocurrió el suceso, conocido como El Salto o Azud de Pozán de Vero, no solo es uno de los rincones fluviales más visitados del Somontano, sino también una obra hidráulica con raíces históricas profundas. Probablemente de origen andalusí —la tradición popular habla de una “obra de moros”—, este azud formaba parte de una red de ingeniería fluvial diseñada para garantizar el riego de huertas y el funcionamiento de molinos y un batán en los términos de Barbastro y Castillazuelo.
Agua para dar vida al Somontano
Construido sobre la roca en un punto donde el río Vero había excavado un profundo pozo, el azud se utilizaba para elevar el nivel del agua y derivarla hacia la acequia de San Marcos, aún reconocible en el entorno. Su nombre antiguo, Poz Sant, ya aparece citado en documentos de 1095, lo que sugiere que el asentamiento se desarrolló en torno a esta fuente de agua.
A lo largo de los siglos, las crecidas del río obligaron a reconstruir el azud en varias ocasiones. En 1606, por ejemplo, el carpintero Luis de Ruesta y su hijo reedificaron un azud cercano empleando madera de roble y rocas menudas, una técnica común hasta el siglo XVII. Aunque más frágiles que las presas de piedra, estas construcciones eran más asequibles y cumplían su función.
De infraestructura agrícola a refugio de verano
Hoy, el salto de agua y la poza que se forma a sus pies han sido transformados en un espacio de ocio estival donde acuden vecinos y visitantes, ajenos muchas veces al carácter artificial y ancestral de este entorno. Lo que parece un rincón natural modelado por el tiempo es, en realidad, un legado de la ingeniería hidráulica tradicional que ha sabido convivir con el paisaje.
Además del acceso rápido desde un aparcamiento cercano, muchos visitantes optan por realizar la Ruta de los Azudes de Pozán de Vero, un recorrido de 6,2 kilómetros que parte del pueblo y sigue el curso del río, atravesando puentes, antiguas acequias y sotos ribereños. Un paseo sereno y lleno de historia que hoy se tiñe de luto por un suceso que recuerda la importancia de actuar con prudencia incluso en los parajes más idílicos.
Consejos para bañarse con seguridad en ríos y pozas naturales1. Precaución en zonas de riesgo. 2. Comprueba la profundidad antes de saltar. 3. Fíjate en la señalización. 4. Usa calzado adecuado para el agua. 5. Infórmate sobre la zona. |