Un senderista de 72 años falleció en el Pirineo aragonés (Pico Pelupín, Torla) tras una parada cardiorrespiratoria; un vecino de Santander, de 64 años, perdió la vida al caer en la ruta de Tresviso–Urdón (Picos de Europa, Cantabria); y en Cauterets (Altos Pirineos franceses), un excursionista de 58 años murió tras despeñarse en el descenso de los lagos de Labas. Quizá el único consuelo para quienes amamos la montaña es que todos ellos iban bien equipados, conocían el terreno y no hubo negligencia alguna. Pero ni la preparación ni la prudencia siempre son suficientes. Este domingo, 24 de agosto de 2025, quedará marcado como la jornada más luctuosa del verano en el senderismo: tres excursionistas perdieron la vida, dos por caídas y uno tras sufrir una parada cardiorrespiratoria.
Un veterano zaragozano en el Pelupín
El primer aviso de emergencia llegó a primera hora de la mañana. Un senderista de 72 años, vecino de Zaragoza, ascendía por el sendero del Pico Pelupín (Torla, Huesca), en pleno Pirineo aragonés, cuando sufrió una parada cardiorrespiratoria. A las 8:35 horas, el 112 de Aragón dio la alerta y se movilizó al GREIM de Boltaña y a la patrulla de Seguridad Ciudadana de Torla.
Al llegar, los efectivos comprobaron que el excursionista ya no presentaba signos vitales. El cuerpo fue evacuado hasta el aparcamiento de Cotefablo, donde le esperaban los servicios funerarios. La montaña, en este caso, no castigó con su orografía, sino con un esfuerzo que el corazón del montañero no resistió.
Tragedia en los Picos de Europa
Por la tarde, la segunda llamada de socorro situó la tragedia en Cantabria. Un senderista de 64 años, vecino de Santander, se precipitó por una pendiente cuando realizaba la ruta clásica entre Urdón y Tresviso, acompañado por tres personas más.
El aviso llegó al 112 pasadas las 19:00 horas. El helicóptero del Gobierno de Cantabria acudió de inmediato, pero la médico de la aeronave solo pudo certificar el fallecimiento. El Grupo de Rescate de Montaña de la Guardia Civil se encargó de la recuperación del cuerpo en una de las sendas más duras y verticales del macizo oriental de los Picos de Europa.
Según testigos, el hombre perdió pie en un tramo muy inclinado y, pese a intentar agarrarse a un árbol, acabó precipitándose fatalmente.
Caída mortal en Cauterets
Horas después se conoció la tercera muerte, en el Pirineo francés. Un senderista de 58 años se despeñó en la localidad de Cauterets (Altos Pirineos) cuando descendía desde los lagos de Labas.
Según informó la Gendarmería de Alta Montaña (PGHM), el excursionista resbaló en un sendero con fuerte pendiente y fue lanzado contra un saliente rocoso. Los rescatistas acudieron en helicóptero, pero el médico de emergencias únicamente pudo certificar su fallecimiento.
“Estaba debidamente equipado. No fue imprudente; fue un accidente desafortunado”, destacó el portavoz del PGHM.
Recordatorio doloroso
Tres muertes en tres escenarios distintos, pero unidos por la misma pasión: caminar la montaña. El Pico Pelupín, el desfiladero de Urdón y los lagos de Labas son enclaves habituales para cientos de excursionistas en verano. Ayer, sin embargo, recordaron que la naturaleza siempre impone su ley. La Guardia Civil y la Gendarmería francesa han abierto diligencias, aunque todas las hipótesis apuntan a accidentes desafortunados.
El senderismo vuelve a mostrar su doble rostro: actividad saludable, cultural y espiritual, pero también vulnerable a lo imprevisible. Este 24 de agosto deja un poso de tristeza en quienes encuentran en los caminos de montaña un espacio de vida y libertad.



