Tenía en mente desde hacía tiempo la ruta Clásica del Montseny. De esos recorridos que todo ciclista local menciona con respeto, y que uno sabe que no se pueden dejar pasar. Clásica, dura, bonita y completa: así es la jornada que me esperaba en el Montseny, un auténtico coloso natural a tiro de piedra de Barcelona.
Me enfrentaba a uno de esos recorridos que se ganan el calificativo de “clásica” con todas las letras. La ruta de carretera por el Montseny es exigente, sí, pero también es un auténtico festival para los sentidos: bosques frondosos, pueblos de postal, ascensos duros pero agradecidos y vistas de las que se quedan grabadas.
| Ficha técnica de la ruta | |||
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| Tipo de ruta Circular (Carretera) |
Distancia 90 km |
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| Desnivel + 1891 m |
Desnivel – 1891 m |
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| Altitud máxima 1300 m |
Altitud mínima 93 m |
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| Dificultad Alta |
Tiempo estimado 3–4 h |
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| Punto de inicio Sant Celoni – Parking Mercadona |
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Track GPS
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Inicio en Sant Celoni: puerta de entrada al Montseny
Aparqué en el cómodo parking del Mercadona de Sant Celoni, perfecto punto de inicio para esta ruta circular. Salí pedaleando en dirección a la C-35 hacia Barcelona hasta encontrar el desvío hacia Santa Maria de Palautordera. Desde ahí, la silueta inconfundible del macizo del Montseny se alza imponente frente a nosotros, invitándonos a adentrarnos en su corazón verde.
Coll Formic: 15 km de ascenso con vistas
Tras pasar Sant Esteve de Palautordera, la carretera empieza a picar hacia arriba con suavidad. Pero es 4 km antes de llegar al pueblo del Montseny donde comienza el verdadero reto: el Coll Formic (1.145m), 15 km de ascenso con una pendiente media del 5%. Eso sí, si eliminamos el tramo de descenso intermedio, la media real sube notablemente.
El puerto es largo pero muy llevadero si te sabes dosificar y con el último km. con una media del 7,3%. . Las vistas se abren a medida que se gana altura, y coronar es una satisfacción en sí misma.
Descenso a Seva por El Brull
Desde la cima, bajamos hacia Seva atravesando el tranquilo pueblo de El Brull, con su bonita iglesia románica de Sant Martí que bien merece una breve parada. La bajada es agradecida, con curvas amplias y poco tráfico.
Parada técnica en Viladrau
En Seva termina el descenso y tomamos dirección a Viladrau. Esta carretera, en excelente estado, tiene un ascenso suave pero constante y algo más de tráfico. Viladrau es ideal para reponer fuerzas, ya sea en alguno de sus bares o en la encantadora fuente de las Delicias, justo a la salida del pueblo a mano izquierda. Agua fresca, sombra y tranquilidad: lo que cualquier ciclista agradece.
Rampas duras hacia Santa Fe
Seguimos subiendo hacia el Coll de Gomara (892m), donde giramos a la derecha para encarar la parte más exigente de toda la jornada: el tramo hacia Santa Fe del Montseny. Aquí las rampas no se andan con rodeos, con porcentajes que superan el 10% en más de una ocasión, aunque por suerte no se prolongan demasiado.
Collado tras collado, hasta la cima
A partir de este punto, el trazado se vuelve un diente de sierra constante, encadenando pequeños collados como el de la Castañeda, Coll de Bordoriol, y Coll de Sant Marçal, hasta culminar en el alto de Santa Fe, a nada menos que 1.304 m de altitud. El paisaje es espectacular: frondoso, verde, y con un aire puro que revitaliza hasta en las rampas más duras.
Larga bajada hasta Sant Celoni
Desde Santa Fe arranca una de las bajadas más bonitas que recuerdo. Rápida, serpenteante, alternando zonas boscosas y sombrías con miradores abiertos al valle. Un auténtico premio tras el esfuerzo acumulado. En poco tiempo, estoy de nuevo en Sant Celoni, cerrando el círculo con una sonrisa y las piernas bien cocidas.
