Panticosa se convierte en cuento de invierno con su Mercado Navideño

Panticosa se pone el gorro rojo y las luces de colores en cuanto se acerca el Puente de la Constitución. Entre montañas nevadas y chimeneas humeantes, el pequeño pueblo del valle de Tena vuelve a transformarse en un auténtico cuento de invierno con la celebración del Mercado Navideño de Panticosa, que este año llenará de vida sus calles del 5 al 8 de diciembre.

Puestos artesanales, aromas de chocolate caliente y castañas asadas, música, talleres y personajes salidos de un libro infantil convierten el paseo por el casco urbano en una experiencia muy especial para familias, parejas y grupos de amigos que buscan algo más que un simple día de esquí.

Un mercado que ya es tradición

En solo tres ediciones, el Mercado Navideño de Panticosa se ha ganado un hueco en la agenda del Pirineo aragonés. Durante el puente, las casetas decoradas con guirnaldas y estrellas se alinean en el centro del pueblo ofreciendo productos de regalo, gastronomía local y propuestas creativas para llevarse a casa un pedacito de la montaña.

A partir del viernes 5 de diciembre, un Duende de la Navidad se encarga de dar la bienvenida a los visitantes al caer la tarde. No faltan el circo, el humor y un juguetero muy especial enviado por Papá Noel para asegurarse de que la lista de deseos llega a tiempo a Laponia. El ambiente se prolonga cada día hasta la noche, cuando se apagan las luces del mercado pero el eco de la música sigue rebotando entre las cumbres.

Sábado y domingo el mercado abre también a mediodía, ideal para quienes terminan de esquiar en la estación de Panticosa y quieren rematar la jornada paseando entre puestos, probando alguna especialidad local o dejando la carta en la Casita de Papá Noel. Cuentacuentos que brillan en Navidad, personajes llegados del Polo Norte, risas con Elfito y la presencia del Duende van marcando el ritmo de las tardes familiares. El lunes 8 de diciembre el mercado se mantiene abierto de manera ininterrumpida, de 12.00 a 21.00 horas, como gran despedida del puente festivo.

Talleres, Casita de Papá Noel y mucha imaginación

Más allá de los espectáculos, todos los días del mercado se organizan talleres infantiles de mañana y tarde para que los más pequeños puedan crear adornos navideños y tarjetas personalizadas. Mientras tanto, la Casita de Papá Noel se convierte en el punto de encuentro de familias enteras, donde los niños depositan su carta y comparten confidencias con los ayudantes del hombre de rojo.

La animación itinerante, los cuentacuentos y las sorpresas que van apareciendo por las calles hacen que cada paseo sea distinto. Panticosa se recorre despacio, entre luces, villancicos y el sonido de las pisadas sobre la nieve o el empedrado húmedo.

Un mercado con acento joven

Este año, además, el mercado suma un componente educativo y solidario. Los alumnos de 4º de ESO del IES Viello Aragón gestionan un puesto muy especial de decoración navideña y venta de castañas, con el que recaudan fondos para su viaje de estudios. Ellos mismos han preparado los adornos, se organizan por turnos para atender al público y han puesto en marcha un sorteo con premios que harán las delicias de cualquiera que ame el Pirineo. Para muchos, será su primera experiencia “emprendedora” y una forma de descubrir que la Navidad también puede ser un buen momento para aprender trabajando en equipo.

Bola & Tica llegan a encender la magia

El sábado 7 de diciembre, la fantasía se traslada al interior del Centro Cultural La Fajuala con una cita muy especial. Bola & Tica, los personajes que han conquistado a tantos niños pirenaicos, “vuelven a casa” con la presentación oficial del libro Bola & Tica en Panticosa.

A partir de las 18.00 horas se abre una tarde de cuento: narraciones mágicas, personajes que parecen escaparse de las páginas, risas compartidas entre pequeños y mayores y la presentación de dos juegos muy particulares. Son los Pasaportes Aventurero e Historiador, que proponen misiones, sellos y descubrimientos por el pueblo para quienes quieran convertirse en auténticos exploradores de Panticosa.

La jornada se completa con la inauguración del Área Bola & Tica en la Biblioteca Municipal, un rincón permanente donde el bosque, los personajes y las historias seguirán viviendo mucho después de que se apaguen las luces del mercado.

Un pueblo de montaña para vivir la Navidad

Entre luces reflejadas en la nieve, el murmullo del río Caldarés y las cumbres que rodean el valle, Panticosa se reafirma como uno de esos destinos donde la Navidad se vive de forma cercana y auténtica. El Mercado Navideño, las actividades de Bola & Tica y la programación de finales de diciembre y principios de enero dibujan un itinerario ideal para familias que buscan algo más que compras rápidas y centros comerciales.

Aquí la Navidad huele a leña, a castañas y a chocolate caliente, suena a villancicos y a risas infantiles, y se comparte paseando sin prisa por un pueblo pirenaico que, durante unos días, parece sacado de una postal. Quien se acerque este año al Mercado Navideño de Panticosa no solo encontrará puestos y actividades, sino una invitación a detener el reloj y disfrutar del invierno con calma, ilusión y mirada de niño.