Catalunya en Miniatura, un país entero a escala a media hora de Barcelona

Si alguna vez has soñado con visitar Catalunya entera en una sola escapada, en Torrelles de Llobregat (Barcelona) existe un lugar que convierte esa fantasía en paseo. Catalunya en miniatura propone un recorrido al aire libre por una exposición de maquetas que te permite “viajar” por las cuatro provincias catalanas con una perspectiva imposible en el mundo real, la de quien se siente gigante por un día. La experiencia está pensada para hacerse caminando entre vegetación y maquetas, como una ruta tranquila en plena naturaleza a pocos kilómetros del área metropolitana.

Inaugurado en 1983, el parque reúne 147 maquetas en un entorno de naturaleza y caminos tranquilos, a unos 17 km deBarcelona y con 60.000 m² de superficie. Además de los iconos catalanes, el propio parque recuerda que la visita nace con vocación divulgativa y familiar, y se completa con servicios como zona de pícnic y bar. El recinto dispone de aparcamiento gratuito y la visita a la exposición suele ocupar alrededor de 1 h y 15 min, un dato útil para encajarla en una mañana o una tarde. El parque se presenta, además, como el mayor de los 14 existentes en Europa con reproducciones en miniatura.

Barcelona en miniatura, del gótico al modernismo

El itinerario por la provincia de Barcelona concentra buena parte del efecto “wow” porque combina grandes símbolos y pequeñas anécdotas que humanizan la arquitectura. Aparecen la Sagrada Familia, Montserrat, el Camp Nou o el monumento a Colón, entre otros, en un catálogo que cruza estilos y épocas. En el propio circuito se subraya el peso de Gaudí, cuya obra es uno de los hilos conductores de la visita. El parque incluso acompaña algunas maquetas con pequeñas notas de contexto y curiosidades, de esas que hacen que el paseo no sea solo mirar, sino también entender lo que se mira.

Donde el parque gana encanto es en los detalles pensados para mirar de cerca. Por ejemplo, Rupit no solo está representado como postal, también se explica como conjunto histórico y se recuerda su tradición de pesebres vivientes.

Girona, Costa Brava y Dalí en una misma mirada

La ruta por Girona despliega el contraste entre mar y montaña, con la costa brava como gran reclamo visual. Y, de pronto, aparece el guiño surrealista de la torre Galatea del museo Dalí, junto a una de esas referencias que siempre invitan a detenerse, el lago de banyoles. En este tramo también aparece la catedral de girona con una curiosidad que el parque destaca, la amplitud de su nave gótica y la escalinata que marca el acceso.

Lleida, románico, universidad y la Seu Vella

En Lleida, el recorrido se detiene en el conjunto románico de la Vall de Boí, declarado patrimonio mundial por la UNESCO, y suma piezas con lectura histórica clara, como la Universidad de Cervera o la Seu Vella, donde conviven románico y gótico. La exposición insiste en el contraste de estilos como una forma de leer la historia a escala, casi como si cada maqueta fuera una página abierta. A ese relato se le añade un guiño muy pirenaico, los Pirineos y sus estaciones de esquí, que en el parque aparecen como telón de fondo natural de la provincia. El románico de la Vall de Boí se entiende mejor cuando se recuerda que no es una sola iglesia, sino un conjunto de templos y una ermita levantados entre los siglos XI y XII, un ejemplo especialmente coherente del románico lombardo en un paisaje de alta montaña.

Y si la Vall de Boí representa el pulso medieval de piedra y frescos, la Seu Vella de Lleida impone por su silueta en lo alto del cerro, un edificio iniciado a comienzos del siglo XIII que fue completándose durante siglos y que hoy sigue siendo el gran icono visible de la ciudad. La Universidad de Cervera, por su parte, lleva el texto hacia otra época, un edificio construido en el siglo XVIII, de vocación monumental, donde conviven el peso barroco y una ordenación más sobria, casi neoclásica, como si la arquitectura también marcara el cambio de siglo.

Tarragona, de tarraco al cister

Tarragona condensa la memoria romana de Tàrraco y la piedra solemne del monasterio de Poblet. En Catalunya en miniatura, la provincia se despliega a través de 18 maquetas, un recorrido que también incorpora el Ebro, las montañas de Prades, los monasterios cistercienses y las playas de la Costa Daurada, como si el paisaje fuera el marco natural de la historia. La presencia de Tàrraco funciona como columna vertebral de este tramo, una ciudad que fue capital y centro administrativo de la Hispania romana y cuyo conjunto arqueológico está inscrito en la lista del patrimonio mundial.

Poblet, por su parte, aporta el silencio monumental del Císter, una abadía mayor construida entre los siglos XII y XV, con residencia real fortificada y panteón de reyes y reinas de la Corona de Aragón. Completan el mapa el Arco de Barà, el acueducto de les Ferreres, conocido popularmente como el Pont del Diable, y la catedral, un pequeño resumen de siglos en pocas zancadas.

El parque desde dentro

Judith Prats, directora de comunicación, describe el parque desde un ángulo muy real, el de las familias y las escuelas que lo llenan de vida. “A los escolares les llaman la atención las dos botas gigantes que tenemos a la entrada”, cuenta, y añade que el trenecito suele ser una de las experiencias favoritas, porque en pocos minutos ofrece una vuelta panorámica por los puntos más emblemáticos de catalunya. “En invierno sale a partir del mediodía y en diez minutos hacen el circuito”, resume.

El propio parque recomienda llegar con margen si se quiere combinar la visita con actividades de aventura. A esa dimensión familiar se suma un detalle práctico que el parque remarca, se puede venir con mascota y hay zona de pícnic y parque infantil. A las puertas de 2026, prats avanza que el parque prepara propuestas especiales para conmemorar el centenario de la muerte de Antoni Gaudí.

El bosque animado, el plus para quien necesita acción

Un último apunte para quienes viajan con niños con ganas de trepar. El bosque animado añade la dimensión de aventura con tirolinas y puentes, con circuitos para diferentes edades. Es una actividad con turnos y conviene planificarla. El parque recomienda llegar antes de las 12.30 h para coger turno y aconseja calzado cómodo. Hay circuitos por edades y alturas, y una tirolina larga como extra para quienes buscan un punto más de adrenalina.