El 28 de agosto de 1985, los catalanes Òscar Cadiach, Toni Sors y Carles Vallès, junto a los sherpas Shambu Tamang, Ang Karma y Narayan Shrestha, alcanzaron los 8.848 metros del Everest por la vertiente tibetana. Lo hicieron sin oxígeno suplementario, en plena temporada de monzones y siguiendo la ruta noreste, un itinerario mítico y apenas transitado en aquel momento. Fue la primera vez que una expedición catalana alcanzaba el techo del mundo, un paso histórico que situó a todo un país en la élite del himalayismo.

(Copyright/ (Copyright/Archivo Expe. Caixa Barcelona/Everest 1985)
Era la tercera vez que una expedición catalana intentaba coronar el Everest, después de los intentos fallidos en 1982 y 1983. Eran años en que los permisos se otorgaban con cuentagotas y, a diferencia de lo que ocurre hoy, en el campo base sólo coincidieron con una expedición suiza, lo que subraya todavía más la magnitud y la soledad de aquella aventura.
Rumbo al Himalaya
El 14 de junio de 1985, los catorce miembros de la expedición llegaron a Pekín. Tras varias gestiones con las autoridades chinas, volaron a Chengdu y luego a Lhasa, donde iniciaron el traslado del material en camiones. Entre preparativos visitaron el Palacio del Potala y el templo de Jokhang, adentrándose en la cultura tibetana antes de recorrer los 650 km hasta el Campo Base del Everest, atravesando cinco pasos de más de 5.000 metros en un largo viaje en microbús.

El 1 de julio, en la frontera de Kodari, se incorporó un grupo de cinco sherpas nepaleses, entre ellos Shambu, Karma y Narayan. La elección fue deliberada tras la decepción de 1983 con porteadores tibetanos altura asignados por la Asociación China de Montañismo. Esta esta vez se tiró de los contactos de las anteriores expediciones catalanas y se contractó con sherpas experimentados y de confianza.
Expedición de país
La expedición estaba formada por catorce miembros bajo la dirección de Conrad Blanch y con el apoyo economico de la desaparecida Caixa de Barcelona. Además de los tres protagonistas de cima, participaron Nil Bohigas, Jordi Camprubí, Jordi Canals, Lluís Gómez, Enric Lucas, Jordi Magrinyà, Joan Massons, Xavier Pérez, Antoni Ricart y Miquel Sànchez. El proyecto fue concebido no solo como un reto deportivo, sino como una proyección internacional para el alpinismo catalán, que siempre fue pionero en el Estado español.
No hay que olvidar que el primer ochomil logrado por una expedición española también tuvo sello catalán: el 29 de abril de 1974, Josep Manuel Anglada, Jordi Pons y Emili Civís alcanzaron la cima del Annapurna Este (8.013 m), una cumbre entonces virgen del Himalaya. Lo hicieron sin oxígeno y sin la ayuda de sherpas, que se negaron a continuar más allá del campo II.

Campamentos de altura e intentos previos
El Campamento V se instaló a 7.750 metros y el Campamento VI a 8.450, ya en plena arista noreste. Desde allí restaban apenas 400 metros de desnivel hasta la cima, pero era el tramo más comprometido, con los tres célebres escalones de roca, hielo y nieve que se interponen antes del vértice. El esfuerzo de transportar el material y levantar el último campamento pasó factura física a la cordada encargada de ello, formada por Cadiach y Gómez, que llegaron exhaustos tras días de trabajo en altura.
Los primeros ataques a la cima se produjeron entre el 12 y el 16 de agosto. El día 12, una cordada integrada por Jordi Camprubí, Jordi Canals y Xavier Pérez Gil, junto a los sherpas Shambu Tamang, Ang Karma y Narayan Shrestha, alcanzó el Campo V con la intención de intentar la cima. Finalmente partieron todos menos Pérez Gil, aquejado de problemas digestivos, y el 12 de agosto trataron de avanzar hacia la arista final. Alcanzaron los 8.650 metros, pero quedaron atrapados en medio de una nevada y enterrados en nieve blanda. En esas condiciones era imposible superar el Segundo Escalón, por lo que optaron por retroceder. Antes de bajar, sin embargo, dejaron instaladas una cuerda fija y dos botellas de oxígeno, un gesto de previsión que acabaría siendo decisivo en el descenso del grupo que logró la cumbre.
Retirada forzosa y última oportunidad
El 14 de agosto, un nuevo grupo compuesto por Toni Sors, Jordi Magriñà, Carles Vallès y el sherpa Nawang salió del Campo V hacia el VI. Sin embargo, el nepalí se encontró mal de salud y la cordada entera tuvo que retroceder hasta el Campo IV. Mientras tanto, otros cinco alpinistas —Cadiach, Pérez Gil, Enric Lucas, Nil Bohigas y Lluís Gómez— alcanzaron el Campo V el 15 de agosto, con la idea de atacar al día siguiente. Pero aquella noche volvió a caer una fuerte nevada y el mal tiempo los obligó a descender sin poder intentarlo.
El 16 de agosto, tras casi dos semanas de lucha infructuosa contra la montaña, toda la expedición se reagrupó en el Campo III. Allí se tomó una decisión difícil: que la mayoría regresara al Campo Base para recuperar fuerzas. El desgaste físico y psicológico era enorme. Días después, el 19 de agosto, dos de los alpinistas —Enric Lucas y Jordi Camprubí— anunciaron que no volverían a subir. En el caso de Lucas, un telegrama de su trabajo lo obligaba a regresar de inmediato si no quería perder el empleo.
Con la expedición diezmada por el cansancio y las bajas, las opciones parecían agotarse. Pero la montaña daría una última oportunidad. A partir del 21 de agosto el tiempo mostró una mejoría, y el 27 nueve alpinistas avanzaron hacia el Campo VI, donde finalmente solo seis pasaron la noche decisiva: Òscar Cadiach, Toni Sors, Carles Vallès, Shambu Tamang, Ang Karma y Narayan Shrestha. A la mañana siguiente, el 28 de agosto, iniciaron el ascenso definitivo que los llevaría a la historia.

Camino a la cima del Everest
El 28 de agosto, con buen tiempo y poco viento, partieron hacia la cumbre Òscar Cadiach, Toni Sors, Carles Vallès, Shambu Tamang, Ang Karma y Narayan Shrestha. El frío era intenso, cerca de –30 °C, y la progresión extremadamente lenta. En el legendario Segundo Escalón, Cadiach protagonizó la primera escalada en libre de la historia, rechazando la escalera metálica instalada por expediciones chinas.
A las 18.30, hora de Pekín, la voz de Cadiach sonó en la radio: «Catalunya ha assolit el sostre del món. Visca Catalunya» (Cataluña ha alcanzado el techo del mundo. ¡Viva Cataluña). En la cima permanecieron cerca de una hora. Allí ondearon banderas, enviaron telegramas a sus familias y, en un gesto cultural único, Cadiach leyó una sextina escrita por Joan Brossa para la ocasión. Desde la emisora se escuchó Els Segadors, y Toni Sors, fiel a su carácter, encendió un cigarro para celebrar la gesta. Desgraciadamente, Toni Sors falleció en 1987 en una avalancha en el Lhotse Shar. De los tres alpinistas, el único que siguió vinculado al himalayismo fue Òscar Cadiach, quien se convirtió en el primer catalán en ascender los 14 ochomiles sin oxígeno suplementario.

El descenso más duro
El regreso fue agónico. Una avalancha arrastró a Ang Karma unos 70 metros, haciéndole perder su mochila y la ropa de abrigo. Poco después, Toni Sors sufrió una caída, y el agotamiento obligó a improvisar un vivac a 8.600 metros, aunque Ang Karma y Shambu Tamang, prefirieon continuar hasta el campamento VI a 8.450 metros. . Refugiados en una cavidad de hielo, los tres catalanes y Narayan lucharon por sobrevivir a la noche más larga de sus vidas. Desde los campamentos inferiores, las comunicaciones de radio reflejaban la angustia. Cadiach y Vallès estaban al límite. Al amanecer, Narayan Shrestha bajó a buscar el oxígeno dejado días antes y logró subir con una botella que compartieron a turnos. Con nieve, niebla y las radios agotadas, lograron alcanzar el Campamento VI y, al día siguiente, el V. Habían conquistado el Everest y habían sobrevivido.

El regreso triunfal y legado
El 14 de septiembre de 1985, la expedición aterrizó en Barcelona. En el aeropuerto los esperaban a centenares de personas, entro los que estaba el propio Joan Brossa, emocionado tras escuchar su poema en la cima. El recibimiento en la ciudad fue apoteósico: unas cinco mil personas llenaron la plaza de Sant Jaume, donde los alpinistas fueron homenajeados en el Ayuntamiento de Barcelona y en el Palau de la Generalitat. El Everest 85 fue mucho más que una cima para el montañismo catalán. Fue una declaración de intenciones, la confirmación de que la perseverancia, el talento y la pasión que siempre habían acompañado a Catalunya podían situarla en la primera línea del himalayismo mundial.

Con el paso del tiempo, la montaña ha cambiado. A partir de la primera década del siglo XXI, la ascensión al Everest se ha visto devaluada por la masificación, el turismo de altura y las expediciones comerciales que han convertido la arista final en una autopista con colas interminables. En ese contexto, aquel recibimiento multitudinario en la plaza de Sant Jaume, con miles de personas celebrando la gesta, sería hoy impensable. El techo del mundo ya no conserva la misma aura heroica, pero la huella de la expedición catalana de 1985 permanece intacta en la memoria de los más veteranos, como símbolo de una época irrepetible del alpinismo.
Los 14 integrantes de la expedición catalana al Everest 1985
- Conrad Blanch i Fors (34 años), jefe de la expedición – CEC y CE Taradell.
- Joan Massons i Rabassa (41 años), subjefe de la expedición – UEC Barcelona.
- Antoni Sors i Ferrer (1949–1987, 35 años), responsable técnico – Agrupe de Mataró.
- Antoni Ricart i de Mesones (34 años), responsable médico – CEC.
- Miquel Sánchez i Múrcia (29 años), organización y transportes – CEC.
- Jordi Canals i Fontán (30 años), dietética – CEC y Club Alpí UAB.
- Lluís Gómez i Mestre (35 años), organización – CEC, Club Alpí UAB y CEP.
- Òscar Cadiach i Puig (32 años), fotografía y cine – CET y CEC.
- Jordi Camprubí i Casas (36 años), material y equipo – CE Comarca del Bages.
- Nil Bohigas i Martorell (1958-2016, 26 años), fotografía – UEC Gràcia.
- Enric Lucas i Llop (24 años), comunicaciones – UEC Prat de Llobregat.
- Xavier Pérez Gil (36 años), material y equipo – CEC, CMB, CECB y UEC Gràcia.
- Jordi Magriñà i Güell (33 años), alimentación – AAEET de Valls.
- Carles Vallès i Ocaña (24 años), aprovisionamiento – CEC y UEC Barcelona.
Celebración del 40 aniversario de la primera ascensión catalana al Everest en Taradell
El próximo 28 de agosto, Taradell (Osona) se convertirá en el epicentro del recuerdo y la emoción con motivo del 40 aniversario de la primera ascensión catalana al Everest. Los protagonistas de aquella epopeya se reencontrarán para conmemorar la hazaña, reflexionar sobre su significado y recordar cómo la montaña se convirtió entonces en símbolo de conocimiento, identidad y trabajo en equipo.
El programa incluye una Caminada Popular (9:30 h), la visita a la Plaza Everest (17.30 h) —donde un monumento evoca la cima alcanzada— y un acto conmemorativo (19:00 h) en la Biblioteca Antoni Pladevall i Font, presentado por el periodista Albert Om. En este marco se proyectará el preestreno del documental «Els primers catalans a fer el cim» del realizador Joel Badia y, acto seguido, se celebrará una mesa redonda con los expedicionarios.



