François D’Haene (Lille, 1985) no necesitaba demostrar nada. Cuatro veces vencedor del UTMB, poseedor de récords legendarios como el John Muir Trail o la Hardrock 100, su lugar en la historia del ultra trail ya estaba asegurado. Y sin embargo, un reto seguía encendido como una chispa antigua: la Nolan’s 14. Un recorrido sin dorsal, sin arco de salida, sin margen para errores. Una ruta brutal cadema de montañas que pide más que piernas. Exige visión, resistencia mental y un diálogo con el entorno. Han pasado 19 años desde que corrió su primer ultra. Tenía 20. Ahora, con 39, ha vuelto a poner el listón más allá de lo imaginable. En julio de 2025, decidió convertir esa obsesión silenciosa en acción.

El reto que alimentaba su sueño
Ese viejo sueño -el de unir las catorce cumbres sin descanso ni balizas- encontró finalmente su forma definitiva. El tiempo de François D’Haene no solo cumplió, sino que lo llevó más allá al establecer un nuevo Fastest Known Time (FKT), rebajando en 3 horas y 33 minutos el anterior registro, en manos del norteamericano David Hedges, que en 2023 había completado la Nolan’s 14 en 39h06m40s. Una diferencia notable en un trazado que no da tregua, donde cada hora extra pesa como plomo y cada minuto ganado exige mucha preparación y sufrimiento.
Una línea salvaje de sur a norte
La mañana del 4 de julio, D’Haene inició la travesía desde Blank’s Cabin, un pequeño refugio de montaña situado a los pies del Monte Shavano, en las inmediaciones del valle North Fork, Colorado. Desde allí, comenzaba la línea sur-norte del Nolan’s 14, una sucesión de catorce cumbres por encima de los 4.200 metros que debía recorrer sin descanso. Por delante. 150 kilómetros de terreno salvaje y 14.000 metros de desnivel positivo, sin sendero marcado, sin guía más allá del terreno y el cielo.
Treinta y cinco horas, treinta y tres minutos y cuarenta y un segundos después, tras inventar cada paso entre piedras, niebla y altura, alcanzó el final en Fish Hatchery, junto a Leadville. Así materializó un objetivo largamente perseguido. No se trataba de una carrera organizada ni de un récord convencional, sino de un desafío personal que exigía estrategia, resistencia y conocimiento del terreno.

Aventura total y brutal
Tras sellar el récord del Nolan’s 14, François D’Haene dejó una primera pincelada de lo vivido. un adelanto cargado de sensaciones, a la espera de compartir un relato más extenso sobre una experiencia que definió como brutal, técnica y salvaje. “Tarteras perfectamente alineadas (o no), bosques de abetos bien dispuestos (o casi), ríos que saltar (o cruzar hasta los muslos)… Un itinerario que se va inventando paso a paso, al ritmo del relieve, del aliento entrecortado y de las decisiones de ruta, de día como de noche. Eso es el Nolan’s 14.”
Un trazo vertical entre gigantes
Desde el sur al norte, la ruta une en secuencia las siguientes cimas del macizo Sawatch: Mount Shavano, Tabeguache Peak, Mount Antero, Mount Princeton, Mount Yale, Mount Columbia, Mount Harvard, Mount Oxford, Mount Belford, Missouri Mountain, Huron Peak, La Plata Peak, Bull Hill y Mount Elbert. Todas superan los 4.200 metros de altitud, muchas rozan o superan los 4.350 m, y en conjunto forman una barrera muy exigente y al alcance de muy pocos.
El terreno es incierto, la meteorología volátil, y la altitud constante. D’Haene pasó diez días previos aclimatándose, estudiando líneas, reconociendo entradas y salidas posibles. Ninguna ruta es idéntica: cada corredor inventa la suya, y eso es parte del espíritu del Nolan’s 14.
Evolución del récord Nolan’s 14
Fuente: Fastest Known Time (FKT) |
Iker Karrera: el inicio de la épica europea
En agosto de 2017, Iker Karrera se convirtió en el primer europeo en completar los 14 de Nolan dentro del límite de 60 horas. Tardó 47h40m, en un recorrido con asistencia. Aquel intento, que entonces parecía insuperable, fue descrito por el propio Karrera como “espectacular, muy duro y brutal”. La travesía del vasco abrió la puerta al reto en el ámbito europeo y sirvió de inspiración para otros corredores.

Retirado de la alta competición desde 2018, tras disputar su última prueba en la exigente PTL del UTMB, Iker Karrera todavía posee dos Fastest Known Time (FKT) que aún conservan su firma. El corredor guipuzcoano mantiene los récords de la Alta Ruta de los Perdidos, una espectacular vuelta de 92,8 km y 6.000 m+ entre España y Francia, que completó en 13h42’16” en 2017, y de la Haute Route Chamonix-Zermatt, la gran travesía alpina de 106,9 km y 7.500 m+ entre Francia y Suiza, que firmó en 21h20’00” en 2012.
Silencio, precisión y compromiso
La Nolan’s 14 se convierte en algo más que un reto físico cuando se afronta sin seguimiento público. François eligió hacerlo sin GPS en vivo, sin flashes ni seguimiento digital. Acompañado solo por un equipo de apoyo puntual, optó por el silencio para escuchar la montaña. En sus palabras y su gesto, se percibe que no hay ambición de protagonismo, sino una necesidad de vivir la esencia del esfuerzo puro. Desde las primeras luces sobre Shavano hasta la última bajada desde Elbert, François D’Haene corrió con respeto, determinación, autonomía y una conexión profunda con el entorno.

Y ahora… el Mont Blanc
Con esta línea ya grabada en su palmarés, François D’Haene enfila ahora el UTMB Mont-Blanc 2025, donde podría lograr su quinta victoria en la prueba reina del ultra trail mundial, tras sus triunfos anteriores en 2012, 2014, 2017 y 2021. Sin embargo, pase lo que pase en Chamonix, lo que sucedió en Colorado ya forma parte de la historia grande de las montañas de Norteamérica.



