Grupo ecologista radical arranca las Clavijas de Cotatuero en Ordesa

Un grupo ecologista radical arranca las clavijas de Cotatuero y obliga a cerrar la ruta del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido

Noticia

Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido

Al menos tres personas desmontaron el histórico paso equipado del valle de Ordesa y difundieron un vídeo reivindicando el acto como una acción contra la artificialización de la montaña

cascada Cotatuero
Vista general del Circo de Cotatuero con su imponente cascada en primer término y la pared rocosa donde se encuentran las históricas clavijas, ahora clausuradas. (Copyright/Jaume Altadill)

El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido ha cerrado temporalmente el acceso a las clavijas de Cotatuero, uno de los pasos más emblemáticos y aéreos del Pirineo aragonés, tras un acto vandálico protagonizado por un grupo de al menos seis personas que arrancaron parte del equipamiento metálico de la vía y difundieron un vídeo en redes sociales reivindicando su acción como una forma de “desartificializar” la montaña.

El vídeo del sabotaje y difundido con premeditación

En las imágenes, ampliamente compartidas en medios como el Heraldo de Aragón y el Diario del Alto Aragón, puede verse a varios individuos retirando grapas y clavijas metálicas, mientras el portavoz Jesús Vallés, veterano activista radical aragonés, explica que su objetivo es devolver la roca a su estado natural. El grupo   ecologista rechaza cualquier tipo de infraestructura o equipamiento en zonas de alta montaña, aunque no han mostrado ninguna identificación formal ni respaldo colectivo conocido. En concreto manifiesta entre otras cosas que «estamos cortando las clavijas de Cotatuero, en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, para devolver a la naturaleza el santuario de bucardos y los urogallos, que fueron exterminados por el cazador británico Buxton» .

06/05/2025 Parte del video mostrado por el grupo ecologista que eliminó diversas clavijas de Cotatuero
El grupo grabó el sabotaje y lo difundió en redes, abriendo un debate entre conservación y seguridad en la montaña.

Un paso histórico en el corazón de Ordesa

Las clavijas de Cotatuero son un paso histórico y vertiginoso ubicado en la vertiente norte del valle de Ordesa, dentro del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, en el Pirineo aragonés. Están situadas en el imponente Circo de Cotatuero, al que se accede desde la Pradera de Ordesa por el sendero que lleva a la Cascada de Cotatuero, para luego ascender por una fuerte pendiente hasta alcanzar la base del muro rocoso. El tramo equipado permite superar un paredón de unos 100 metros de desnivel mediante grapas, clavijas metálicas y un cable de vida, en un recorrido técnico y expuesto reservado a montañeros experimentados.

Aunque muchos las consideran una vía ferrata primitiva, su origen es anterior a cualquier instalación deportiva moderna. Los primeros fueron colocadas en 1881 por dos herreros de Torla a petición de el cazador y lord británico Edward Buxton (1840-1924). Buxton, que deseaba acceder más fácilmente a los pastos superiores del circo para la caza, evitando largos rodeos. Más tarde, los guías locales reforzaron el paso durante el siglo XX, consolidando su uso como acceso clásico hacia las cornisas de Ordesa y la Brecha de Rolando.

La dirección del parque ha condenado los hechos como “un acto grave de sabotaje” que pone en riesgo la seguridad de los visitantes y daña un patrimonio natural e histórico del Pirineo aragonés. La ruta ha sido clausurada mientras se evalúan los daños, se retira el material suelto y se valora si es posible o conveniente una restitución del equipamiento.

Debate abierto sobre conservación y seguridad en la montaña

El incidente ha reavivado el debate sobre la presencia de elementos artificiales en espacios protegidos, donde se cruzan posturas opuestas: quienes defienden la conservación más estricta y quienes ven en los equipamientos una herramienta para facilitar el acceso seguro y responsable a zonas de alta montaña.

La Fiscalía podría abrir diligencias si se considera que el acto constituye un delito contra el medio ambiente o la seguridad pública, ya que se trata de una intervención no autorizada en un Parque Nacional. Desde la dirección del parque se solicita la colaboración ciudadana para identificar a los responsables, cuyas acciones podrían ser perseguidas judicialmente.

 

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  • Miquel Ribas

    Periodista y Editor de Turiski