Eneko e Iker Pou han alcanzado su objetivo principal del verano andino: abrir 20 nuevas vías en la Cordillera Blanca. Con este hito simbólico, los hermanos vitorianos dan por finalizada una expedición tan fructífera en lo deportivo como dolorosa en lo humano, marcada por las numerosas tragedias que han sacudido la montaña peruana este año. Como broche final, han escalado “a vista” —es decir, al primer intento y sin ensayos previos— una de las rutas más prestigiosas del macizo: “Karma de Cóndores”.
Con estas 20 nuevas líneas abiertas en la Cordillera Blanca, los Pou amplían aún más un legado que ya abarca expediciones en cinco continentes, un estilo inconfundible de escalada libre y un compromiso constante con la exploración ética, la transmisión de conocimiento y la conexión con las comunidades locales. El Perú, que ya forma parte esencial de su historia como alpinistas, se despide este 2025 con un sabor agridulce… pero también con un nuevo mapa de sueños verticales firmado por dos hermanos que siguen creyendo en la belleza de las primeras veces.

El reto final: “Karma de Cóndores”
La ascensión a “Karma de Cóndores” fue una sorpresa en todos los sentidos, según relatan los propios Pou. “La verdad es que no nos esperábamos una vía tan mantenida y tan dura… Nos ha recordado mucho a líneas míticas en granito del valle de Yosemite como Astroman, pero con el añadido de que esta se encuentra a una altura de 4.000 m y que se escala en cara sur (todo el día a la sombra) y por lo tanto con mucho más frío… Muy contentos además por haberla encadenado en el día desde el coche (partiendo y volviendo a Cochapampa) en algo menos de 13h”.
La vía, de 350 metros de recorrido divididos en nueve largos, presenta una dificultad de 5.11+R y no debe subestimarse por quienes no estén familiarizados con la escalada en fisura. “La graduación está muy apretada, sobre todo para la gente que no ha escalado fisura o no se ha movido en este estilo en Norteamérica; mejor ir sobrados y pensar que la dificultad máxima de la ruta nos puede parecer superior a la que le dieron sus primeros ascensionistas, auténticos especialistas en este estilo de escalada. Pero lo más importante es que la vía es súper recomendable con una calidad excepcional en cada uno de sus largos…”.
Entre cumbres, aperturas y rescates
El encadenamiento de “Karma de Cóndores” solo fue el punto final a una intensa campaña de actividades. Durante su estancia, los Pou han logrado aperturas significativas como “Kuntur” (6c/70º/M5, 1.575 m), su primera línea en el remoto macizo del Huayhuash, y una probable nueva ruta en la cara suroeste del Churup (5.493 m) con 650 metros de recorrido y dificultad M5+/5+, aún a la espera de confirmación oficial.

Pero el contexto emocional no ha sido fácil. La expedición se ha visto ensombrecida por el fallecimiento de hasta nueve compañeros de montaña en apenas un mes, algunos de ellos amigos personales de los alpinistas. “Volvemos contentos por todo lo logrado en el plano deportivo, pero a la vez tristes por lo que hemos sufrido en el plano humano… Creo que la podríamos definir como una expedición agridulce… Y es una pena que haya sido así, porque lograr esas 20 aperturas en la Cordillera Blanca, y alcanzar ese número mágico que con tanto esfuerzo hemos conseguido era algo que a los dos nos hacía mucha ilusión… Pero la vida es así, y perder a tantos compañeros en tan poco tiempo, es algo que pesa sobremanera…”. Aun así, y pese al duelo silencioso que reconocen —“la procesión va por dentro”— los Pou han sabido cerrar con fuerza una nueva aventura.
Escalada deportiva a 4.200 m
Como ya es habitual en sus expediciones, los hermanos también han querido dejar su huella en el ámbito de la escalada deportiva, equipando nuevas líneas en escuelas de altura. En la zona de Hatun Machay, a 4.200 metros, Iker ha equipado “Vacaciones en Singapur”, que podría convertirse en la primera vía de noveno grado de Perú. Por su parte, Eneko ha dejado cuatro rutas nuevas en la escuela de Monterrey, cerca de Huaraz, pensadas para la iniciación y el grado medio.
Los hermanos Pou han querido dejar su huella en la escalada deportiva peruana. “Este año hemos disfrutado mucho de los amigos haciendo boulder (entrenando en pequeñas piedras donde no hace falta la utilización de la cuerda) y escalada deportiva cada vez que bajábamos de las montañas a descansar. Por eso, y para aportarles nuestra experiencia, hemos abierto estas vías de escalada deportiva. La ruta de Iker va a ser muy famosa en la alta dificultad en Sudamérica, y las cuatro que he aportado yo, ayudarán mucho a la gente de iniciación y de grado medio”.



