Horacio Llorens regresa del Baltoro con récord personal en parapente al volar hasta a los 7.526 metros

Horacio Llorens glaciar del Baltoro
Horacio Llorens sobrevolando el glaciar del Baltoro por encima de los cinco mil metros. (Copyright/ Reb Bull España)

Horacio Llorens no pudo batir el récord mundial de altura en parapente, pero si mejorar su marca personal al llegar a los 7.526 en el Broad Peak.

Horacio Llorens, 39 años, regresó del glaciar del Baltoro, 63 km o 57 km, -según las fuentes- donde estuvo 28 días de las cinco semanas que permaneció en Pakistán. No pudo batir el record mundial de altura en parapente, pero si mejorar su marca personal que dejó en los 7.526 metros. Era su tercer viaje, tras sus expediciones a los valles de Hunza (2011) y Hushe (2016), pero si el primero enfocado a batir el récord mundial de altura en parapente. Tal honor está en poder francés Antoine Girard sobre el Broad Peak con 8.407mentros de altura.

El parapentista español regresó fascinado del entorno, la majestuosidad del paisaje y de la grandiosidad de la montañas. Su base y campamento estuvo instalado en Paiyu (3.450 m), que está considerada la puerta de entrada al glaciar del Baltoro. En la aventura le acompañaron el belga Thomas de Dorlodot y el granadino Ramon Morillas, que después de tres semanas debió marchar, mientras sus compañeros prorrogaron el viaje para intentar batir el récord mundial. A su regreso a Organyà (Lleida) donde Horacio Llorens tiene fijada su residencia habló para Turiski.

glaciar Baltoro
La espectacular morrena del glaciar del Baltoro. En el aire compartiendo vuelo Horacio llorens y Thomas de Dorlodot.
(Copyright/ Reb Bull España)

Horacio Llorens: «El vuelo que nosotros llamamos Grand Slam -Muztagh Tower, K2, Broad Peak y Gasherbrum IV- es el más bonito que he hecho en mi vida»

Pregunta directa. ¿Por qué no hubo récord mundial?
– Fuimos pacientes y alargamos nuestro viaje para tener más oportunidades de intentar volar el K2 y tratar de batir el récord. Lastimosamente no se dieron las condiciones para el récord, pero creo que hemos abierto ruta y camino. Y tenemos el honor de ser los primeros parapentistas en sobrevolar la montaña, aunque sin llegar a la cima. Hubo un seguimiento de la aventura como en pocos proyectos de mi vida, tanto dentro de la comunidad del parapente como fuera de él. Y, eso es de agradecer.

… Y cuales debían ser las condiciones.
– No hubo suficiente viento en altura, aunque debería ser lo más normal, para ascender a la cima ni del K2 ni el Broad Peak. Llegamos con condiciones buenísimas, pero donde acababa la actividad térmica no había un viento que nos elevara más por encima de las nubes, que es lo que se usa para poder ascender a montañas de estas alturas.

Karakorum parapente
El parapente de Horacio Llorens es una insignificancia en este mar de montañas del Karakorum del Pakistán.
(Copyright/ Reb Bull España)

¿Cuál era la dinámica de los vuelos desde vuestro campamento base en Paiyu?
-Escogimos Paiyu por la sencilla razón que en esta zona hay aterrizaje seguro. Desde este punto hacia dentro del resto del Baltoro era imposible aterrizar o super complicado. Era morrena pura con montañas de piedra, tierra, hielo y glaciares. Vamos una locura. Ha sido bastante peligroso en ese sentido entrar volando hasta lo más profundo del Baltoro. Si embargo, siempre pudimos aprovechar las buenas condiciones para entrar a lo más profundo y regresar a Paiyu. En total habremos hecho unas 65 horas de vuelo y unos 1.100 kilómetros.

«Antes de cada vuelo debíamos caminar con todo nuestro equipo a la espalda durante hora y media, hasta nuestro punto de despegue situado sobre los 4.500 metros»

Desde Paiyu había que caminar para ganar altura y saltar.
-Si, eran prácticamente 1.050 metros desde Paiyu para poder despegar desde un punto a más de cuatro mil metros. Así empezábamos nuestras jornadas de vuelo de unas siete horas. A nivel físico era duro ya que cada día de vuelo teníamos previamente hora y media andando con todo nuestro equipo hasta un punto situado a los 4.500 metros. En la mochila por seguridad siempre incluíamos la tienda de campaña, saco de dormir, comida y agua para tres días, así como los instrumentos necesarios para sobrevivir en caso de realizar un aterrizaje de emergencia y vernos obligados a regresar al campamento caminando.

Horacio Llorens Thomas de Dorlodot
Horacio Llorens -izq.- y Thomas de Dorlodot compartieron todo el viaje al Pakistán y al glaciar del Baltoro.
(Copyright/ Reb Bull España)

No hubo récord mundial de altura en parapente que esta en poder de Antoine Girard sobre el Broad Peak con 8.407m (18 julio 2021), pero si mejoraste tu récord personal.
-Estuvimos en cuatro ocasiones en el K2 y en cinco en el Broad Peak. En el K2 llegamos a subir hasta los 7.500 metros y los 7.526 en el Broad Peak, que es mi récord personal. No es fácil volar en unas condiciones extremas y temperaturas de 30 grados bajo cero.

«Mi récord de altura en parapente lo conseguí en uno de los vuelos en los que sobrevolamos el Broad Peak al llegar a 7.526»

Por cierto, ¿Cómo y a partir de que altura utilizabais el oxígeno artificial?
– Al principio de la aventura empezamos utilizando oxígeno entre los 5.500 y 6.000 metros. Poco a poco fuimos aclimatando y elevando la altura. Después a partir de 6.500 y al final sólo a partir de 7.000 metros. Si bien, no es como un alpinista que va subiendo la montaña durante semanas, nosotros podemos despegar a 4.500 y estar en una hora a 7.500 metros. Al cuerpo no le da margen a aclimatar en tan poco tiempo ascendiendo tan rápido. No obstante, al cabo de los dias de dormir y volar en altura, poco a poco el organismo se va aclimatando. Al final de la aventura usábamos muy poquito el oxígeno.

Horacio Llorens
Horacio Llorens sobrevolando el glaciar Baltoro con toda su equipación preparada para soportar temperaturas de hasta 30 grados bajo cero. (Copyright/ Reb Bull España)

… y las temperaturas bajo cero
Es un aspecto a tener muy en cuenta porque te ponen al límite. Despegas con toda la ropa que te va a hacer falta cuando estés a 30 grados bajo cero, pero cuando comienzas el vuelo debes gestionar muy bien todas las capas de ropa. Comienzas completamente empapado de sudor después de haber andado entre una hora y media y cuatro horas, con todo el equipo a la espalda. Tras el despegue debes estar atento y abrir todas las capas para no congelarte con tu propio sudor.

«Inicialmente el oxígeno artificial lo utilizamos a partir de los 5.500 metros, pero a medida que fueron pasando los dias fuimos subiendo y al final sólo a partir de 7.000 metros»

¿Si tuvieras que destacar un día de vuelo sobre el Baltoro con cúal te quedarías?
Todos los vuelos fueron muy exigentes y en algunos momentos complicados e incluso peligrosos. De los 28 días sólo pudimos volar catorce. Cada uno tenía su magia, pero si he des escoger uno me quedo con la jornada del 19 de julio. Fue un dia excepcional y con las térmicas subiendo alto. Hicimos de una tacada la Muztagh Tower (7.276 metros). Aprovechamos esa montaña para acceder al K2 por otra vertiente y subir hasta los 7.500 metros. De ahí saltamos al Broad Peak, seguidamente al Gasherbrum IV y luego al campo base de Paiyu. Tanto la Muztagh Tower como el G IV, y como en días anteriores ya hicimos con el K2, nunca habían sido volados en parapente. En total unos 120 kilómetros. Es el vuelo más bonito que he hecho en mi vida. Nosotros lo llamamos el Gran Slam por su dificultad y por estar constituido por cuatro montañas míticas, a semejanza del Grand Slam de tenis que está formado por los cuatro mejores torneos del circuito.

«Ahora mismo el récord  mundial de altura en parapente no es una prioridad, pero dejamos la puerta abierta en un futuro a intentarlo de nuevo»

No hiciste un anuncio oficial, pero ya es un secreto a voces que abandonas el parapente de competición. ¿Puedes confirmarlo?

 – Si, me retiro del mundo de la competición pura y dura. Han sido 21 años con mucha dedicación y esfuerzo para lograr los resultados conseguidos. Estoy más que contento con mi trayectoria deportiva. Ahora, empieza otra faceta a través de una escuela y de proyectos de aventura como el que acabamos de realizar en el Baltoro y otro próximo enfocado a sobrevolar el Manaslu. Estas nuevas aventuras es lo que ahora me motiva para seguir creciendo. Esto no quiere decir que no vaya a competir nunca más. Si más adelante hay algún evento en el que me apetezca participar quizás lo haga, pero ya no de forma profesional. Es una decisión que me costó tomar, pero ahora es el momento adecuado. El año pasado en el Mundial fui medalla de plata en individual, oro en sincronizado y bronce por naciones. Un final muy bonito para mi etapa de competición.

Marchaste del Baltoro con la espinita clavada de no poder sobrevolar la cima del K2 y conseguir el récord de altura en parapente. ¿Volverás para intentarlo de nuevo?
-Ahora mismo no es una prioridad, pero dejamos la puerta abierta para volver otro vez y tratar de batir el record del mundo de altura si la ocasión lo merece y las condiciones nos lo permiten.

 Fusion Flying School Horacio Llorens
La escuela Fusion Flying School, ubicada en la Montaña Mágica de Organyà, conjuga enseñanza con vuelos biplaza experinciales. (Copyright/ FFS)

Inaugura la escuela de parapente Fusion Flying School en Organyà (Leida)

Horació Llorens junto a su primo Raul Rodríguez, otra leyenda del parapente y la local Anabel Manrique abren escuela en la llamada ‘Montaña Mágica’. El nuevo centro de enseñanza de parapente funciona en Organyà y agrupa tanto la escuela, para principiantes como avanzados, con la vertiente más experiencial dedicada a los vuelos biplaza.

Más información en la web de Fusion Flying School  

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    Periodista y Editor de Turiski