Los rescates en montaña se disparan por las imprudencias

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La Fedme lanzó una campaña de concienziación en sus redes sociales.

LA FEDME lanza una campaña de concienciación para mejorar el acceso a la montaña

En el último mes y medio los rescates en la montaña y en el Pirineo crecieron exponencialmente con respeto a las mismas fechas del año anterior. Las estadísticas oficiales no se han hecho públicas, pero los diversos cuerpos de seguridad encargados de los rescates en España -Grupos de Rescate Especial de Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil, Grup Actuacions Especials (GRAE) dels Bombers de la Generalitat y la Unidad de Vigilancia y Rescate (UVR) de la Ertzaintza-y las diversas federaciones deportivas de montaña dieron la voz de alarma. Ante esta situación la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME) decidió poner en marcha una campaña de concienciación entre la población.

La Federación Aragonesa de Montañismo aportó un dato muy preocupante. En la comarca del Sobrarbe en un día de junio se produjeron 30 rescates

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Los cuerpos de seguridad y salvamento triplicaron sus salidas a la montaña. Copyright/Guardia Civil)

La decisión se tomó después de una reunión organizada por la FEDME con los responsables de los refugios gestionados por las federaciones de montaña autonómicas de Asturias (FEMPA), Aragón (FAM), Andalucía (FEDAMON) y Catalunya (FEEC). El objetivo principal era analizar la situación de ocupación de los albergues de montaña y las medidas postcovid-19. No obstante, durante la reunión, no se pasó por alto el aumento significativo de los accidentes en montaña, comparados con la temporada anterior en las mismas fechas.

Sobre la mesa, y a modo de ejemplo su pusieron algunos datos bastante alarmantes. La Federació d’Entitats Excursionistes de Catalunya (FEEC) con más de 44.000 licencias, destacó que en el último mes se incrementó hasta un 200% las comunicaciones de accidentes de sus federados. La Federación Aragonesa de Montañismo aportó un dato muy preocupante. En la comarca del Sobrarbe, norte de Aragón, en un día se produjeron 30 rescates. Durante el mes de junio se triplicaron el número de rescates con respecto al mino periodo del año anterior.  

El factor humano es, en buena parte, el motivo principal de los accidentes en zonas de montaña y del Pirineo

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Federacioners deportivas y cuerpos de seguridad piden prudencia a los montañeros. (Copyright/Ertzaintza)

Los análisis de accidentalidad rigurosos no estarán disponibles hasta la finalización del año, pero un portavoz del Comité de Seguridad de la FEDME manifestó que “no podemos dejar de constatar la realidad, y reflexionar sobre qué está pasando. Hemos analizado la situación del terreno y el escenario ambiental comparado con otros años, y no hemos detectado anomalías en variaciones ambientales a las que se pueda relacionar con este incremento de la accidentalidad. Así que decidimos dirigir el análisis casuístico hacia el factor humano, y revisamos las causas que puedan estar incidiendo el comportamiento y las tomas de decisiones de los montañeros o excursionistas que se están acercando a practicar deportes de montaña. ¿Cuáles pueden ser las causas o los motivos qué están provocando este aumento tan drástico este verano?

El portavoz insistió en reconocer que quizá “la nueva normalidad nos está influyendo en la forma de comportarnos durante la práctica deportiva en montaña, y se presenta como una importante causa de estos nuevos índices de accidentalidad. Esto nos lleva a una reflexión de cómo nuestra nueva forma de aceptar la realidad del COVID-19 afecta en nuestras decisiones y sobre todo en la percepción del riesgo.”

¿Cuáles pueden ser las causas o los motivos qué están provocando este aumento tan drástico de accidentes en montaña este verano?

Ante esta situación, el Comité de Seguridad de la FEDME  recuerda 4 consejos elementales para no formar parte de las estadísticas de accidentados en montaña de este verano.

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La falta de experiencia entre los montañeros/senderistas es la causa más recurrente entre los accidentados.
(Copyright/Bombers Generalitat)

1º.- Huir del riesgo de contagio nos hace vulnerables en la montaña como colectivo.

El departamento de comunicación de la guardia civil de montaña, a finales de junio, ya  avisaba en diversos medios sobre el nivel bajo de experiencia y conocimientos de los montañeros, deportistas o turistas, que iban a la montaña en relación a otros años.  Las estadísticas de rescates del GREIM ya vislumbraban un accidentado con poca experiencia y menor preparación.

La causa básica de esto es la poca o nula experiencia en deportes al aire libre. La necesidad de huir de la ciudad masificada como foco de infección, la percepción del entorno natural como lugar limpio de virus y donde las distancias sociales se pueden mantener más, provocan el acercamiento de más ciudadanos a la montaña.

Otro punto también a tener en cuenta es la sensación de libertad y de necesidad de liberarse del control que en estos momentos las normas sanitarias anti-contagio nos imponen en las instalaciones deportivas urbanas, o en entornos cercanos a la ciudad.

Recomendación: si no has salido nunca a la montaña, o hace mucho tiempo que no lo has hecho, eres vulnerable en un entorno cambiante, lleno de incertidumbre y que necesita de equipo y conocimientos específicos. Sigue los consejos del Código de Seguridad del Comité de Seguridad de la FEDME. Si te resuelta novedoso o tienes problemas en poder aplicarlo, acude a un guía profesional de montaña o infórmate.

2º.- El exceso de focalización en un peligro cercano y reiterativo provoca falta de atención sobre otros riesgos intrínsecos de la actividad.

Estamos viviendo una época de emergencia sanitaria. Todos los medios de comunicación y departamentos de prevención de accidentes se han volcado en cómo prevenir el contagio y controlar la pandemia. El 100% de las recomendaciones que aparecen en los medios de televisión y redes sociales tratan el tema prevención del contagio de forma prioritaria.

Esto está afectando a nuestra forma de percibir los peligros ambientales que nos rodean. Sin ser conscientes de esto damos más prioridad a no olvidar la mascarilla, el hidrogel, mantener la distancia de dos metros o a no tocarnos la cara, que al hecho de la planificación que conlleva el análisis de otros factores de riesgo intrínsecos a la actividad montañera.

Recomendación: Ten en cuenta las recomendaciones COVID-19, pero no olvides recoger la información de la ruta y realizar la planificación adecuada a la actividad deportiva de montaña correctamente. Y nunca una medida preventiva debe significar el soslayo de un peligro mayor.

3º.- Reconoce que no eres el mismo tras el confinamiento.

Por mucho que nos hayamos hecho ejercicio durante tres meses, con horas de bicicleta estática y clases online de acondicionamiento físico, no te equivoques, no somos, ni estamos en igualdad físico-técnica con nuestro yo de antes del confinamiento.

Piensa que el confinamiento empezó en temporada invernal y terminó con el inicio de la temporada de verano. La percepción de nuestras ultimas salidas de montaña no tienen nada que ver con las que comenzamos a hacer ahora.

La memoria motriz o inteligencia deportiva, nos engaña y nos da una idea de nuestras capacidades desequilibrada con la que teníamos hace tres meses o más, y además con cambio de temporada, con el consiguiente cambio de terreno y meteorología.

Esto no solo afecta a los menos experimentados, sino que, al contrario, actúa de forma más drástica con los deportistas más experimentados y fuertes físicamente.

Recomendación: Ser humilde y reconocer tus nuevas limitaciones. Estamos limitados, aunque no lo creas. Debemos reencontrarnos con los deportes de montaña de forma más pausada. Elige actividades cuya exigencia para ti, estén por debajo de tus niveles anteriores. Reduce intensidades, reconoce el nuevo terreno de montaña, adapta el equipamiento y sobre todo huye de lugares donde haya masificaciones de deportistas.

4º.- Demasiadas ganas no son buena compañía para la montaña.

El confinamiento en casa deja una huella. No se olvida en unas pocas semanas, y por otro lado, pensar que podamos volver al confinamiento nos lleva a tomarnos las salidas como si no hubiera un “mañana”. Y esto no diferencia tampoco entre deportistas de diferentes niveles de experiencia, actúa sobre todos.

La ansiedad, impaciencia y euforia son emociones que no son buena compañía en nuestras actividades. El deseo por “hartarse” de deporte al aire libre lleva a centrarnos en sentir el placer de la “ansiada” sensación, tanto tiempo perseguida viendo películas de montaña y esperando nuestro momento, nos hace olvidar lo que nos rodea. Y no podemos perder de vista que la montaña es un lugar alejado y hostil por definición.

Recomendación: Evalúa tus emociones, controla tus ganas. No olvides que la montaña es un lugar cambiante. En tus salidas planifica lugares para pararte relajarte y dar rienda suelta al sentimiento de bienestar.

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