La ruta ciclista por Puig Neulós y Coll de la Manrella es de las que forjan carácter, de las que ponen a prueba tanto las piernas como la cabeza. Son 116 km y más de 2.100 metros de desnivel positivo, comprimidos en dos grandes ascensiones sin descanso. El recorrido arranca en Cabanes, un municipio agrícola y tranquilo situado en el corazón de la Empordà, entre los ríos Muga y Llobregat de l’Empordà, y a tan solo 5 kilómetros de Figueres. Más allá de su calma rural, Cabanes es una base excelente para explorar tanto las montañas fronterizas como las playas del Alt Empordà.

Ruta de contrastes físicos y emocionales
Desde aquí, la ruta nos lleva hasta lo alto del Puig Neulós (1.239 m), un coloso pirenaico clasificado como Hors Catégorie, y más tarde hasta el histórico Coll de la Manrella (715m), símbolo del exilio republicano. Dos subidas, una misma exigencia: pedaleo constante, sin tregua, sin descansos. Pero también con grandes recompensas: panorámicas inolvidables, historia viva al borde del camino y un salto de agua escondido para cerrar la jornada con un baño de frescor.
Ficha técnica de la ruta | |||
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Tipo de ruta Circular (Carretera) |
Distancia 116 km |
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Desnivel + 2.100 m |
Desnivel – 2.100 m |
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Altitud máxima 1.239 m |
Altitud mínima 34 m |
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Dificultad Alta |
Tiempo estimado 5 h 30 min (en movimiento: 5 h 16 min) |
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Punto de inicio Cabanes |
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Track GPS
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Rodando hacia la frontera
Partimos de Cabanes por carreteras tranquilas, atravesando el llano ampurdanés en dirección norte. El objetivo es alcanzar Le Perthus, pero evitando las vías principales. Por eso, tras pasar por Cantallops (km 16,5), nos adentramos en un tramo de carreteras secundarias muy agradables, perfectas para calentar antes del primer gran desafío.
Al llegar a La Jonquera, no queda más remedio que circular unos kilómetros por la N-II hasta alcanzar Le Perthus, punto donde arranca el ascenso al Puig Neulós.

Puig Neulós, la cima salvaje
La subida al Puig Neulós comienza en el km 29,5 y se alarga durante unos 15 km de escalada constante, sin porcentajes extremos, pero sin tregua. Los primeros 12 km hasta el Col de l’Ouillat (km 41) mantienen una pendiente media del 6%, suficientes para obligar a dosificar energías.
En este punto se encuentra el Chalet de l’Albera, un posible lugar de avituallamiento y merecido respiro, pero lo más duro está por llegar. Los últimos 3 km hasta la cima presentan un asfalto muy deteriorado y rampas que alcanzan el 8% de media. El paisaje se abre y el esfuerzo se dispara.

Coronar el Puig Neulós (km 44,7) es una experiencia inolvidable, como cruzar una línea invisible entre dos mundos: el esfuerzo y la recompensa. Desde sus 1.239 metros se domina el Mediterráneo, las montañas de la Garrotxa y la llanura francesa del Rosellón. Eso sí, la bajada exige precaución: el estado del asfalto no es bueno y los pinchazos acechan.
Coll de la Manrella, historia al borde del asfalto
La larga bajada nos conduce a Maureillas-las-Illas, desde donde arranca el segundo gran puerto del día: el Coll de la Manrella (a partir del km 70). Son 10 km de subida, con un tramo de 750 metros de sterrato (pista sin asfaltar), que se encuentra en estado aceptable para una bici de carretera con buena técnica y algo de precaución.

El Coll de la Manrella es un puerto pirenaico que conecta las comarcas del Alt Empordà y el Vallespir. Un paso fronterizo cargado de historia, memoria y silencio, donde la naturaleza se confunde con los caminos del exilio.
En la cima, el Monumento a Lluís Companys (km 81) recuerda el paso del presidente de la Generalitat durante su exilio en 1939, tras cruzar a pie la frontera por este mismo collado. Fue detenido por la Gestapo en agosto de 1940, entregado a las autoridades franquistas y juzgado por un consejo de guerra sumarísimo, sin garantías legales, por el régimen del general Franco. Ese mismo año fue fusilado en el castillo de Montjuïc, en Barcelona. Un punto cargado de simbolismo y memoria histórica.

Regreso con premio: el Salt de la Caula
Desde aquí, la ruta inicia su descenso final. Pasamos por la Vajol, nos desviamos hacia Maçanet de Cabrenys, y más tarde descendemos por Darnius y Les Escaules, donde si las lluvias han sido generosas, el Salt de la Caula (km 106,8) ofrecerá un espectáculo acuático inolvidable. Ideal para una breve parada, una foto o incluso un chapuzón en los días calurosos.
El último tramo nos lleva de vuelta a Cabanes, cerrando una jornada de ciclismo de alto nivel, con dos puertos que exigen lo mejor de nuestras piernas y nos regalan paisajes, cultura y épica en cada pedalada.
