La imagen de Vall de Núria como valle sin coches, al que solo se accede en tren cremallera, suma ahora un nuevo símbolo de cambio. Desde septiembre de 2025, la estación del Ripollès no solo ha completado la quinta y última fase del proyecto “Gasóleo Cero” con un sistema de geotermia de última generación, sino que acaba de recibir el premio FLOTAS 2025 por el Torgo, el primer vehículo 4×4 totalmente eléctrico operativo en una estación de montaña. Dos hitos que la colocan de forma muy clara como referente de sostenibilidad en alta montaña.
Torgo, el 4×4 eléctrico que abre huella en la nieve
En este contexto aparece el Torgo, un 4×4 cien por cien eléctrico inexistente hasta ahora en el mercado y desarrollado en exclusiva para Ferrocarrils. El vehículo presta servicio desde este verano en Vall de Núria y se ha convertido en la pieza que faltaba para cerrar el círculo de la descarbonización operativa.

Con un peso de unos 4.700 kilos, dos motores eléctricos —uno por eje—, una potencia máxima de 350 kW (476 CV) y una autonomía aproximada de 100 kilómetros, el Torgo está diseñado para trabajar donde otros vehículos se quedan cortos. Puede superar pendientes de hasta el 40 por ciento, moverse sobre nieve y transitar por pistas y caminos de alta montaña sin emisiones directas ni ruido de motor diésel.
El Torgo está fabricado por Little Electric Car España S. L., empresa gallega del Grupo Torgo Corporate con sede y planta en Mos (Pontevedra), especializada en el diseño y producción de vehículos eléctricos todoterreno.
Su misión va mucho más allá del simple transporte interno. El Torgo asegura la conexión con el Albergue del Pic de l’Àliga cuando las condiciones meteorológicas obligan a detener el teleférico y está preparado para operar en situaciones complejas, como evacuaciones de clientes o servicios de emergencia. Al mismo tiempo sustituye a un vehículo diésel anterior, de manera que cada trayecto supone una reducción directa de emisiones y de contaminación acústica en pleno Parque Natural.

Un premio que mira a toda la alta montaña
Esta apuesta por la electrificación en un entorno tan exigente ha sido la clave del premio FLOTAS 2025 en la categoría de Electrificación de Flota en Alta Montaña, otorgado por la Asociación Española de Gestores de Flotas de Automóviles y de Movilidad Corporativa (AEGFA).
El jurado ha valorado que Ferrocarrils haya llevado la movilidad eléctrica a un valle pirenaico accesible solo en cremallera, con inviernos largos, nieve frecuente y pendientes pronunciadas. El proyecto demuestra que, con una buena planificación de flota, la electrificación es posible incluso en contextos extremos, mejorando la sostenibilidad, la seguridad operativa y la integración ambiental de las actividades turísticas.
El responsable de Sostenibilidad y Acción Climática de la división de Turisme FGC, Francesc Arrébola , fue el encargado de recoger el galardón en Madrid, en un momento en que la compañía se ha marcado como horizonte la neutralidad climática en sus estaciones de montaña antes de 2030.
Vall de Núria como laboratorio verde del Pirineo
El premio al Torgo no se entiende aislado. Llega después de años de trabajo silencioso en Ecovall y de una estrategia de FGC que ha colocado la sostenibilidad en el centro de su relato, desde la descarbonización de flotas hasta la apuesta por la energía renovable en todas sus estaciones. Vall de Núria se convierte así en un laboratorio visible de lo que puede ser una estación de montaña sin chimeneas de gasóleo, con edificios eficientes y movilidad eléctrica en las operaciones internas.
A ello se suman otros gestos que refuerzan el mensaje, como la organización de eventos deportivos con criterios ambientales o la mejora de itinerarios y miradores pensados para disfrutar del valle sin aumentar la huella ecológica. La estación del Ripollès, nacida históricamente alrededor del santuario y del tren cremallera, empieza a ser citada también como ejemplo de cómo transformar un destino clásico de nieve y montaña en un referente de transición energética real.
Referente para la alta montaña que viene
En un escenario marcado por la emergencia climática y por el debate sobre el futuro de las estaciones de montaña, Vall de Núria, a través de sus gestores de FGC, envía un mensaje claro. La alta montaña puede seguir siendo un espacio de ocio, deporte y turismo, pero con infraestructuras que miran al subsuelo, a la energía renovable y a la movilidad eléctrica en lugar de mirar a los depósitos de gasóleo. El Torgo, circulando en silencio entre la base de las pistas y el Pic de l’Àliga, es solo la parte visible de una revolución energética que ya está en marcha bajo la superficie del valle.



