El Pirineo aragonés ha dicho basta. La histórica permisividad hacia ciertas prácticas que dañan su entorno protegido ha llegado a su fin, al menos en lo que respecta a las acampadas ilegales. El Ibón de Anayet, uno de los parajes más icónicos del valle de Tena, ha sido escenario de un contundente operativo conjunto de la Guardia Civil y los Agentes para la Protección de la Naturaleza (APNs) del Gobierno de Aragón que ha concluido con 86 propuestas de sanción y un claro mensaje: el medio natural no es un camping libre.
Operativo sin precedentes
En apenas dos días, el Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA), el Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM) de Panticosa y los APNs inspeccionaron el entorno del ibón, donde localizaron 46 tiendas de campaña a menos de 100 metros de la franja de seguridad del lago. Ninguna contaba con la autorización obligatoria y, en muchos casos, ni siquiera se había informado al Centro de Emergencias 112.
El incremento reciente de acampadas -alimentado por la difusión en redes sociales y por empresas que ofertaban estancias sin permisos- ha encendido las alarmas. En este espacio natural protegido, la pernocta solo está permitida bajo condiciones muy concretas, para garantizar la preservación de la flora, la fauna y los paisajes de alto valor ambiental.
Presión insostenible
Aunque no hay datos oficiales sobre el Pirineo catalán, en algunos lugares la situación ya es insostenible, con saturación, erosión y acumulación de residuos que ponen en riesgo la biodiversidad. El caso del Ibón de Anayet se ha convertido en un ejemplo de lo que ocurre cuando la promoción turística y la moda en redes sociales no van acompañadas de educación ambiental y control efectivo.
Aviso para todo el Pirineo
La intervención se ampara en el Reglamento de Acampadas del Gobierno de Aragón (Decreto 61/2006, art. 18) y marca un antes y un después. “El respeto a la normativa es esencial para conservar el patrimonio natural y la seguridad de las personas”, recuerdan desde la Guardia Civil, instando a los visitantes a informarse antes de desplegar su tienda en alta montaña.
El mensaje es claro: las noches de manga ancha en los ibones aragoneses han terminado. El reto ahora es que este aviso sirva para proteger no solo Anayet, sino todo el Pirineo.



