Con la llegada del verano y el inicio de las vacaciones, los cuerpos de rescate que operan en el territorio español alertan sobre un preocupante aumento de accidentes en la montaña que, en muchos casos, podrían evitarse con mayor preparación, planificación y sentido común. Solo en las dos primeras semanas de junio, entre los Bombers GRAE de la Generalitat -responsables de los rescates en el Pirineo catalán- y los GREIM de la Guardia Civil -activos en el Pirineo aragonés-, se han registrado cerca de un centenar de intervenciones. Una cifra alarmante que refleja que algo no está funcionando en la manera en que muchas personas se aproximan a la montaña.

La falta de planificación y preparación es evidente, y eso sin olvidar el material. No se trata de tener lo último en tecnología, sino simplemente de llevar calzado adecuado y una mochila con lo básico. ¿Cuántos de nosotros no hemos visto a jóvenes subir por la montaña en chanclas? Bufff…
Con motivo del Mes Internacional de la Montaña, el Helly Hansen Open Mountain Month reunió en el Vall de Boí a profesionales del rescate, guías de montaña y a un meteorólogo, junto a un grupo de unas 25 personas llegadas de distintos puntos del país. La mayoría de ellos fueron seleccionados tras ganar un concurso organizado por la marca, que premió a a los afortunadas con una experiencia única de tres días en plena naturaleza y en compañía de expertos. El objetivo del encuentro era claro. Transmitir la importancia de la planificación, el equipamiento adecuado y la formación previa para disfrutar de la montaña con seguridad.

La actividad central de esta edición del Open Mountain Month fue la ascensión al Montardo (2.830 metros), una de las cumbres más emblemáticas de la zona situada a caballo de los valles de Boí y d’Aran. La ruta partió desde el refugio Ventosa i Calvell, un enclave estratégico que guarda Miquel Sánchez desde 1992, convertido ya en figura de referencia en esta área del Parc Nacional d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici.
La sobreconfianza, un error que cuesta caro
Eduard Sánchez, sargento de los GRAE, identificó tres factores principales que explican el alarmante aumento de accidentes: sobrevaloración de las propias capacidades, falta de equipación adecuada y efecto distorsionado de las redes sociales.

“Muchos salen a la montaña con zapatillas urbanas, sin sujeción en el tobillo, y eso acaba en torceduras que pueden ser letales si estás cerca de un barranco”, explica Sánchez. Una bota de caña media puede ser la diferencia entre continuar o tener que activar un rescate aéreo. “La mitad de los accidentes son por este motivo”, remarca.
Planificación y guía: una inversión en seguridad
Carlos González, del GREIM, lo tuvo claro: “Ir a la montaña sin planificar es tener todos los números para que algo salga mal”. La recomendación es doble: consultar bien la previsión meteorológica y, si no conoces la zona, dejarse acompañar por un guía profesional. “Además del conocimiento técnico, un guía valora riesgos, detecta posibles vías de escape y puede marcar la diferencia si surge un imprevisto”.

En cuanto a equipamiento, González recordó que “una manta térmica en la mochila puede salvarte la vida”, además de llevar ropa adecuada que mantenga el calor corporal en caso de pararse por accidente o mal tiempo.
El tiempo, ese invitado traicionero
El meteorólogo Álex Van der Laan subrayó la importancia de la previsión del tiempo, otro aspecto muchas veces ignorado. “No basta con mirar el móvil tres días antes. En montaña, las condiciones pueden cambiar en cuestión de minutos, sobre todo por la orografía de alta montaña”.
Van der Laan recomendó consultar mapas meteorológicos de alta resolución con 24 horas de antelación, especialmente si vamos a zonas de altitud. “Las herramientas de baja resolución no sirven para montaña. Fallan porque generalizan cada 25 km, mientras que los mapas especializados ofrecen precisión cada 1,3 km”, adviertió.

Humildad, cultura y experiencia
Desde el corazón del Parc Nacional d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, el guía de montaña Federico Borretti incidió en otro aspecto esencial: “La humildad. Hay que saber valorar nuestras capacidades y no ir más allá de lo que podemos”. Para Borretti, la planificación no es solo elegir un sendero, sino entender el entorno, evaluar riesgos y orientarse correctamente.
Además, destacó el valor añadido de un guía profesional: “No solo mejora la seguridad, también enriquece la experiencia. Conocen el terreno, la historia y la cultura del lugar. El contacto con el entorno se vuelve más profundo”.

La montaña no perdona la improvisación
Cada verano, miles de personas buscan en la montaña un espacio de desconexión, silencio y libertad. Y lo encuentran. Pero no debemos olvidar que ese mismo entorno que nos regala paisajes únicos y experiencias transformadoras, también es cambiante, exigente y, en ocasiones, implacable. La montaña no entiende de prisas ni de improvisaciones. Subestimar su poder o sobrevalorar nuestras capacidades puede convertir una jornada perfecta en una situación crítica.
Disfrutar de la naturaleza con seguridad no es cuestión de suerte, sino de actitud. Informarse, planificar la ruta, consultar la previsión meteorológica, llevar el equipo adecuado y, si es necesario, contar con un guía local son pasos sencillos que marcan la diferencia. No se trata de ser un experto, sino de actuar con criterio. Una bota de caña media, una manta térmica en la mochila o una chaqueta impermeable pueden parecer detalles, pero son los detalles los que salvan vidas.
Porque la aventura, la de verdad, no está reñida con la responsabilidad. Al contrario, es cuando más conscientes somos de lo que hacemos y cómo lo hacemos, cuando la montaña se convierte en ese lugar mágico donde todo cobra sentido.

(Copyright/Lola Ruiz)
Material de Helly Hansen probado por profesionalesDurante el Open Mountain Month, los afortunados ganadores del concurso testaron en el terreno productos desarrollados por Helly Hansen y que, en la actualidad, utilizan más de 55.000 profesionales de todo el mundo, entre ellos guías de montaña, rescatadores y patrullas de seguridad alpina. Su fiabilidad ha sido validada en condiciones reales, donde el material no puede fallar. La gama de productos outdoor y de montaña de Helly Hansen es muy amplia, pero en el Pirineo catalán se emplearon algunas piezas clave adaptadas a la actividad en altura. Una de ellas fue la bota Ascender Mid Helly Tech, diseñada para ofrecer una sujeción firme del tobillo, gran adherencia sobre roca y superficies irregulares, además de impermeabilidad y transpirabilidad. Pensada para moverse con seguridad en terrenos técnicos y soportar el peso de la mochila durante largas caminatas. También se comprobó la eficacia del sistema de vestimenta por capas, clave para mantener la temperatura corporal estable. La primera capa, con la camiseta técnica HH Lifa Active Solen, facilita la evacuación de la humedad y protege del sol gracias a su tratamiento con partículas de café. Como capa exterior, la chaqueta Verglas Fastpack Jacket 2.5, con membrana impermeable Helly Tech y tejido elástico en dos direcciones, ofrece libertad de movimientos y protección frente al viento o la lluvia. Un forro polar o plumón como segunda capa térmica completa el conjunto recomendado para salidas en alta montaña. |