Alex Txikon y Simone Moro, a por la primera invernal pura del Manaslu

La expedición Manaslu EKI 2021 procura ser lo más sostenible y no utilizará agua embotellada ni generadores de energía con queroseno.

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Alex Txikon Manaslu invernal
Alex Txikon en el patio del Euskal Museoa de Bilbao junto a parte del equipo que llevará en la expedición al Manaslu invernal. (Copyright/Biok)

La cordada de Alex Txikon al Manaslu invernal la completan el alpinista italiano Simone Moro, Iñaki Álvarez y los escaladores nepalís Tenji Sherpa y Vinayak Jaya Malla.

Alex Txikon presentó en el Euskal Museoa de Bilbao su nueva campaña invernal en el Himalaya. En esta ocasión, el alpinista bizkaitarra, en compañía de Simone Moro e Iñaki Alvaréz, pretende hacer cumbre en el Manaslu (8.163m), la octava montaña más alta del planeta. Tanto Txikon como Moro, que son muy puristas, consideran, que hasta la fecha el Manaslu no fue coronado por una expedición puramente invernal. No serán los únicos que estarán en el campo base de Manaslu. Tenji Sherpa y Vinayak Jaya Malla, dos escaladores nepalís de solvencia contrastada, se unen a su expedición. Alex Txikon y Simone Moro ya firmaron la primer invernal el Nanga Parbat (8.126m.), el 26 de febrero de 2016. Simone Moro intentó el Manaslu invernal dos ocasiones anteriores, pero sin suerte. El año 2019, junto al nepalí Pemba Gelje Sherpa, y el 2015 en compañía de su compatriota Tamara Lunger.

Simone Moro busca su quinto ochomil invernal y Alex Txikon el segundo de su trayectoria himalaista

La expedición llamada ‘Manaslu Eki Fundación’ viaja a Katmandú, via Doha, el día 31 de diciembre. En la capital del Nepal  permaneceran el periodo de cuarentena marcado por las autoridades sanitarias nepalís. Posteriormente el equipo comenzará el trekking desde Rughat hacia el campamento base, donde esperan llegar a mediados de enero para empezar a trabajar la montaña. Establecerán el campamento base a una altura de 4.900m y su objetivo, a priori, es establecer dos campamentos de altura, para que sea una subida rápida. Txikon, Moro y Álvarez tratarán de ascender por la vía clásica del Manaslu.

Alex Txikon Manaslu invernal Simone Moro
El Manaslu es la octava montaña más alta de la tierra.(Copyrigh/Seven Summit Treks).

Resto expedición al Manaslu

El resto del equipo de la expedición la completan los sherpas Chhepal Sherpa, quinta ocasión vez que colabora con Txikon y Kalden Sherpa que ya estuvo con Alex el año pasado en el Everest. Durante la presentación el alpinista vasco destacó que “son compañeros fundamentales para mí y todo el resto del equipo. La pandemia de la COVID-19 está azotando a todo el planeta, pero más aún si cabe a comunidades como la nepalí”. Junto a ellos, Eneko Garamendi y Aitor Sanz, que llevan varios años acompañando a Txikon en sus expediciones invernales y Lur Uribarren ex remero de Bermeo, que el año pasado también formó parte de la expedición invernal al Everest.

Nuevo dispositivo Elur

En paralelo durante la expedición se realizaran las ultimás pruebas del dispositivo ELUR  que ayuda en los procesos de rescate y localización de personas en montaña. Durante el aproximadamente mes y medio que se espera que se prolongue la estancia del equipo en el Campo Base, Jon Barredo y June Sáenz de Urturi, padres del aparato y montañeros,  llevarán a cabo las últimas pruebas reales del dispositivo ELUR desarrolladas para la detección de personas perdidas y/o sepultadas en avalanchas antes de su salida al mercado. “Este sistema nos va a dar una cobertura hasta ahora impensable ya que multiplica por 30 la distancia de detección de montañeros que ofrece la tecnología de salvamento actual. Para la comunidad alpinista va a ser un paso de gigante en lo que a seguridad se refiere” reconoció Txikon.

Expedición sostenible al Manaslu

Durante la presentación Alex Tixikon dejó claro que la expedición Manaslu EKI es un reto con un marcado valor humanitario y solidario, además de sostenible. El propio nombre de la expedición hace referencia a la Fundación EKI, con quien Txikon lleva años colaborando. Esta  entidad centra todos sus esfuerzos en suministrar fuentes de energía eléctrica, principalmente solar fotovoltaica,  a centros educativos, de salud, y de interés social en países en vías de desarrollo. Al igual que ya se hizo el año pasado, de la mano de Fundación EKI se entregarán medio centenar de bombillas solares. Este año Txikon y su equipo las repartirán entre las familias de la región del Makalu, recientemente afectada por un seísmo. “Una simple bombilla cambia radicalmente la vida de una familia. Nosotros no nos damos cuenta, en ocasiones ni lo valoramos, pero para estos pueblos tener luz por la noche puede significar que los niños y niñas puedan aprender a leer, a escribir…”.

Sin utilizar un litro de queroseno

En esta línea, el compromiso de Txikon y de todo el equipo es aprovechar la energía limpia e inagotable del sol para la generación de electricidad, evitando así el uso de generadores de energía con combustibles. El equipo quiere buscar el menor impacto posible en el medioambiente. “En un campamento base se utilizan muchos dispositivos que necesitan energía: baterías, teléfonos, radios, ordenadores, estaciones meteorológicas, drones… pues bien, no vamos a emplear ni un litro de combustible. La verdad es que es todo un reto, pero necesario y posible; el año pasado lo demostramos. Estuvimos más de 50 días en el Campo Base y no tuvimos que echar mano del queroseno en ningún momento”. destacó Txikon.
Concretamente, serán dos las instalaciones de placas solares que utilicen, una de la expedición del año pasado y una nueva que se llevará este año; ambas proporcionadas por Fundación EKI. Una vez finalice la expedición, el objetivo es donar una de ellas a algún centro escolar de la zona. “Tenemos que aportar nuestro granito de arena a la población local, que no cuentan, ni mucho menos, con las comodidades que nosotros tenemos. Y, por supuesto, cuidar el medioambiente. Con estas acciones que desarrollamos en la expedición queremos visibilizar la necesidad de utilizar energías renovables y la tecnología para avanzar en nuestra sociedad”.

Sin agua embotellada

El agua es otra de las cuestiones que la expedición tendrá en cuenta. Con la ayuda de AQUADAT, startup que ayuda a gestionar el agua de manera más sostenible -económica, social y medioambientalmente-, Txikon y el equipo filtrarán toda el agua resultante de la fundición del hielo y la nieve antes de su consumo para hidratarse de manera segura. Para ello se servirán de filtros de agua de 0,1 micrones que eliminan los organismos nocivos como bacterias 99,999% y protozoos como giardia y criptosporidium 99,9%, superando las normas EPA, sin utilizar productos químicos u otros dispositivos. “Ningún miembro de la expedición consumirá agua embotellada. Según los cálculos que hemos junto a AQUADAT, partiendo de consumo medio de cuatro litros de agua diarios, a lo largo de la expedición calculamos que vamos a dejar de utilizar unas 4.000 botellas de litro. Si todas las expediciones a Everest hicieran lo mismo se evitaría la generación de 125 Toneladas de plástico al año”  avanzó Txikon. Además, a lo largo de la expedición se harán batidas para la recogida de residuos que se bajarán al finalizar la misma junto con los generados por Txikon y su equipo.

La expedición tiene un fuerte compromiso con la sostenibilidad y el uso de energías renovables

Adicionalmente, AQUADAT realizará análisis calidad de aguas de manera remoto vía satélite, lo que complementado con la sonda multiparamétrica que lleva la expedición, permitirá analizar la calidad del agua de Katmandú y del parque natural del Manaslu. En aportación a la ciencia, también se recogerán muestras para analizar en laboratorio los contaminantes emergentes. Los compuestos químicos fruto de la actividad humana, que han sido hasta el momento ignorados, y que son potencialmente nocivos para la salud humana y el medio ambiente.

Los efectos en muchos casos todavía desconocidos están muy poco regulados, como los microplásticos -partículas ínfimas –no llegan a los 5 milímetros-  que suponen un riesgo importante para la salud. Se acumulan en el organismo y resultan tóxicas. Se estima que la cordillera del Himalaya es la fuente natural de agua para el 25% de la población mundial.
Por último, en esta línea, desde el Campo Base se llevarán a cabo labores de filtrado y tratamiento de aceites (alimentarios) y orina. “Nuestra presencia va dejando huella en el Himalaya. La misma orina es un ejemplo, se filtra en el glaciar y en algún momento puede llegar a ser ingerida”.

La expedición Manaslu EKI tendrá, además, una marcada línea social, ya que junto a los Supermercados BM y la empresa de distribución de medicamentos Cofares a través de su Fundación Cofares llevarán más de 200kg de productos nutricionales infantiles y más de 100kg de material médico que repartirán entre la población local en un proyecto coordinado con la fundación SOS Himalaya con la colaboración de Mail Boxes.

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