◄ El alpinista Alex Txikon y el pakistaní Ali Sadpara pretenden convertirse en los primeros alpinistas en coronar el Everest en invierno y sin usar oxígeno artificial.
El Everest es ascendido a partir de finales de primavera por cientos de personas que, la mayoría de las veces, se limitan a seguir una cuerda fija que ha sido colocada por sherpas de expediciones comerciales y que les conduce desde el campo base hasta la cumbre. Y frente a esta masiva forma de himalayismo, persiste uno de los mayores desafíos actuales en el mundo de la aventura, si no el mayor de todos: ascender la montaña más elevada de la Tierra, con 8.848 metros de altura, en pleno invierno; y más si se hace además de la manera más pura, sin la utilización de botellas de oxígeno.
Coronar la cima del mundo durante la durísima temporada invernal -con temperaturas mínimas de -60 grados y vientos huracanados de hasta 150km/h- sólo ha sido logrado hasta ahora por una pareja de alpinistas polacos, Krzysztof Wielicki y Leszek Cichy. El hito que data ya de 1980. Entonces lograron escalar el Everest en pleno invierno, eso sí, utilizando oxígeno embotellado y apoyándose en una numerosa expedición de 20 miembros y varios sherpas.
«Soló dos alpinistas polacos lo lograron por primera y única vez hace 37 años pero, en aquella ocasión, utilizando oxígeno embotellado.»
Nadie ha vuelto a conseguir escalar en invierno este gigante y, por supuesto, nadie lo hecho sin la ayuda de oxígeno artificial. Este es precisamente el doble reto a batir de la nueva expedición del alpinista vizcaíno Alex Txikon (Lemoa, 1981), doble reto que ya intentó ahora hace un año sin suerte. Tras la experiencia del año pasado y a dos días de viajar hacia Kathmandú, Txikon cree que se merecen una segunda oportunidad y asegura que «hemos aprendido de los errores cometidos, y que esta vez, volveremos a enfrentarnos al techo del mundo con ganas, ilusión y, sobre todo, con un gran respeto hacia la montaña y hacia la naturaleza.» El éxito o el fracaso dependerá de muchos condicionantes que no puede controlar la expedición de Alex Txikon.
En todo caso el propio alpinista ya lo dejó muy claro cuando renunció el invierno pasado. «Esto no es un adiós, es un hasta luego. El Everest no ha querido que este año conquistemos su corazón, pero lo que tengo claro es que a mí sí que me ha robado el corazón. Sueño con llegar a esos 8848 metros que nos separan del cielo, pero la avaricia no sirve de nada en la montaña. Nunca hay que ir en contra de la naturaleza; eso es algo que he aprendido durante toda mi carrera en la que he vivido momentos muy difíciles: si no quieres que la montaña acabe contigo, no intentes someterla; respétala y cuídala.»
Otra de las claves de la gesta, y que se prevé finalizar a finales de febrero, es que Alex Txikon volverá a apoyarse en un muy reducido equipo de colaboradores, en el que sí estará su amigo y compañero Ali Sadpara. El alpinista pakistaní le acompañó también cuando hicieron historia en 2016 al coronar por primera vez el Nanga Parbat en invierno y sin oxígeno. Además el equipo liderado por Txikon filmará de nuevo la expedición completa con el objetivo de recoger la aventura y dar fe de lo realizado. Tratando de transmitir el lado más humano de la misma, haciendo partícipe a todo el equipo de la grabación, y buscando conseguir que el espectador llegue a sentirse parte de la odisea.
Paralelamente antes de marchar se ha hecho público que Alex Txikon se ha unido al equipo de Sea to Summit como embajador de la marca australiana para el mercado español. Y lo hace contando con material de alta calidad de Sea to Summit. Entre todo el material que acompañará al equipo destacan cuatro sacos de dormir Alpine III, que ayudarán a Ali Sadpara, un sherpa de la expedición, una persona del equipo de campo base y al propio Txikon, a protegerse de las bajas temperaturas a las que estarán expuestos. Contar con el material adecuado es clave para el éxito del reto, considerado extremo, ya que en los momentos más duros se enfrentarán a temperaturas de hasta -55ºC.
Alex Txikon siempre ha estado muy ligado a la montaña. A pesar de su juventud, 35 años, ha ascendido a diez de los catorce ‘ochomiles’, además de haber escalado en la Antártida, en grandes paredes de Pakistán o la India, practica el salto BASE. En 1998 escaló sus primeras cimas de más de 4.000 metros y, a partir de entonces, se adentró en el alpinismo de primer nivel. Con apenas 21 años coronó su primer ‘ochomil’, el Broad Peak (8.051m) en el Karakorum (Pakistán).En 2005 entró a formar parte del equipo del programa de televisión “Al filo de lo imposible”, participando como cámara de altura y alpinista. Tres años después, en 2008 se unió al proyecto de los 14 ocho miles de Edurne Pasaban. A partir del 2010 comenzó su andadura en solitario y empezó a explorar nuevas formas de hacer alpinismo: se inició en las expediciones invernales que, tras varios intentos en diferentes montañas, le llevaron a hacer su primera cumbre invernal en el Nanga Parbat (8.126m) en 2016 y en compañia de Ali Sadpara.
Alex Txikon entrega la donación de Fundación Cofares a SOS HImalaya
Alex Txikon a su llegada a Katmandu, capital del Nepal y antes de viajar a Lukla, lo primero que ha hecho es hacer entrega de la donación de la Fundación Cofares a SOS Himalaya-Fundación Iñaki Ochoa de Olza. En total más de 250 kg. de productos alimenticios para niños así como productos de primeros auxilios que han viajado incluidos en su material de expedición. La donación está compuesta por productos necesarios y muy demandados en aquella zona. Leche en polvo o papillas para los niños, así como diferentes materiales médicos y de cura, como agua oxigenada, apósitos, e incluso termómetros, forman parte de una aportación que supera los 250 Kg. La donación será de mucha utilidad para SOS Himalaya que desde el año 2008 colabora en la región con diversos proyectos.
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