Panticosa se convierte en la nueva casa del Pirineos Salsa Festival (PSF). Tras un año de pausa y una trayectoria marcada por la pasión y la cercanía, el PSF vuelve a latir en el corazón del Pirineo aragonés, ahora con un nuevo escenario: la localidad panticuta. En su séptima edición, el certamen organizado por la Asociación Bailando Sabiñánigo apuesta por un formato renovado, más compacto pero igual de vibrante, que llenará de música, ritmo y buen ambiente las calles y espacios de Panticosa. El festival, que se celebra el sábado 14 de junio, congrega a cerca de una veintena de artistas en un programa con más de 20 actividades, que van desde talleres de salsa y bachata hasta animaciones, espectáculos y clases abiertas para el público local.
Durante 24 horas, Panticosa se convertirá en una pista de baile abierta, en un entorno donde las montañas abrazan el ritmo, la naturaleza marca el compás y cada rincón invita a dejarse llevar para conectar con una naturaleza que nos invita a perdernos y a disfrutar.
Panticosa, nuevo escenario del Pirineos Salsa Festival
El pistoletazo de salida será el viernes 13 a las once de la noche, con un baile social en Panticosa abierto a todo el mundo, pensado para recibir a los primeros asistentes y empezar a calentar piernas y sonrisas. Este primer encuentro marca también el inicio de un nuevo formato, más concentrado, pero pensado para disfrutar al máximo de la calidad artística y el ambiente familiar que caracteriza al festival.
Ritmo caribeño en dos pistas simultáneas
El polideportivo de Panticosa se transformará el sábado en un auténtico templo del ritmo latino. Dividido en dos espacios diferenciados, acogerá ocho horas ininterrumpidas de clases y talleres, con propuestas paralelas de salsa y bachata que incluirán modalidades como salsa cubana, bachata sensual, ruedas de casino o fusión. “El objetivo es que quien venga se sienta como en casa”, explica Rodrigo Ramón, presidente de la Asociación Bailando Sabiñánigo, “y que pueda disfrutar del aprendizaje en un ambiente cercano y sin presiones”.
En esta edición destacan nombres como Vilmar, campeón mundial de pasos libres de bachata, Miriam Toca, subcampeona mundial y campeona europea, y Ernesto Miari, uno de los grandes pioneros de la salsa en España.
Bailar es cosa de todos: clases abiertas en Panticosa y El Pueyo
Una de las novedades más celebradas de este PSF es la programación de actividades paralelas. Se han organizado clases abiertas y animaciones gratuitas en Panticosa (a las 11.00 y 17.00h) y en El Pueyo de Jaca (a las 13.00h), con el objetivo de acercar la cultura del baile latino a todo el valle, animando a dar ese “primer paso” que muchas veces es el más difícil… y el más divertido.
Noche de fiesta, espectáculo y Dj Fruko como cierre
A partir de las once de la noche del sábado, la jornada se despedirá por todo lo alto con un gran baile social nocturno con DJ Fruko como maestro de ceremonias y la participación de todos los profesores invitados en animaciones, shows y sorpresas. Uno de los momentos más esperados será la actuación de las ABS Ladies, la sección femenina de la Asociación organizadora, que este año ya ha brillado en ciudades como Zaragoza, Sabiñánigo o Pau.
Un festival con alma y mirada de futuro
La organización ha querido mantener la esencia cercana y familiar del festival, con una edición de transición que busca replantear el futuro del PSF en su nueva casa. El objetivo: consolidar este regreso y, en próximos años, volver a crecer con fuerza sin perder la identidad.
Desde el Ayuntamiento de Panticosa, el apoyo es claro. Consideran que este tipo de iniciativas ayudan a diversificar la oferta turística y desestacionalizar la actividad, apostando por eventos diferentes que conecten cultura, ocio y territorio.
Durante 24 horas, Panticosa se convertirá en una pista de baile abierta, en un entorno donde las montañas abrazan el ritmo, la naturaleza marca el compás y cada rincón invita a dejarse llevar para conectar con una belleza que nos anima a perdernos y disfrutar. El escenario lo tiene todo: pasarelas colgantes, rutas panorámicas, paisajes de postal y una atmósfera que combina a la perfección aventura, cultura y emoción.