La primera semana de marzo de 2026, Boí Taüll será mucho más que esquí para un centenar largo de informadores. La 71ª reunión mundial del Ski Club International des Journalistes (SCIJ) reunirá a unos 120 periodistas de 32 países y desplegará un programa que mira más allá de las pistas para que los asistentes regresen con una visión completa del territorio.
El objetivo es claro. Que quienes vengan no solo esquíen, sino que conozcan el Valle de Boí por dentro, su patrimonio románico, su paisaje pirenaico, su cultura viva y su deporte de invierno de alto nivel.
Un Pirineo que se cuenta solo
Boí Taüll se asienta a las puertas del Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici y presume de la cota esquiable más alta del Pirineo -techo a 2.751 metros y base a 2.035-. En el plano competitivo, es referencia internacional del esquí de montaña (skimo). Fue sede del Europeo en 2022 y de la Copa del Mundo en 2023, 2024 y 2025, y repetirá en 2026, a las puertas de los Juegos Olímpicos de Invierno de Milán-Cortina, donde la disciplina debutará en el programa olímpico.
Ese contexto deportivo se integrará en el relato que la organización quiere ofrecer a la prensa: esquí , sostenibilidad y economía de montaña. Además, incluirá sesiones profesionales y diálogo con actores locales para conocer la esencia del Valle de Boí.
El pacto que abre Boí Taüll al mundo
El presidente de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya, Carles Ruiz Novella, y el presidente internacional del SCIJ, el canadiense Frederick Wallace, rubricaron el acuerdo que llevará la 71ª reunión mundial a Boí Taüll.
Para FGC es una ventana global para una estación consolidada como sede de grandes pruebas de esquí de montaña y con proyección creciente en el mapa invernal del skimo. Para el SCIJ supone el regreso al Pirineo catalán con un anfitrión capaz de combinar nieve, cultura y relato periodístico en un mismo destino que inspira historias con alcance internacional.
Programa con piel de nieve y corazón de territorio
La agenda integrará la Asamblea General Anual, seminarios y ruedas informativas dirigidas por expertos, además de las tradicionales pruebas de eslalon y esquí nórdico bajo reglamento FIS. El valor añadido se jugará fuera de la pista. Habrá recorridos por el conjunto de iglesias románicas del Valle de Boí, Patrimonio Mundial de la UNESCO desde el año 2000, y visitas a enclaves clave de la zona.
La premisa es que los periodistas marchen con historias que trasciendan el parte de nieve, conecten con el carácter del valle y puedan contarlas a sus audiencias con voz propia. A ello se sumarán espacios de trabajo con agentes locales, degustaciones de producto de montaña y paseos interpretativos para leer el paisaje. También se prevén sesiones sobre sostenibilidad y economía de alta montaña, formación práctica en seguridad invernal y fotografía en entorno alpino. El objetivo final es que cada acreditado regrese con un relato completo del territorio, capaz de unir cultura, naturaleza y deporte en una misma crónica.
La red global del periodismo de nieve
El SCIJ es una asociación internacional independiente, apolítica y sin ánimo de lucro, fundada en 1955 por el periodista francés Gilles de la Roque. Hoy reúne a más de mil profesionales de 32 países y tiene su sede en Bruselas. La sección española, creada en 1969 por el periodista y promotor deportivo Carlos Pardo (1919–2004) y presidida desde 2011 por el periodista catalán Goyo Prados, coordinará junto a FGC la organización de 2026. La meta compartida es clara y ambiciosa. Convertir el Valle de Boí en un laboratorio de buen periodismo y buen esquí durante una semana.
De la nieve a la iglesia románica de Sant Climent de Taüll, con escala en la mesa de debate. La reunión del SCIJ en Boí Taüll aspira a dejar algo más que trazas sobre la pista. Quiere sumar contexto, historias y memoria. El valle de Boí ofrece materia prima para crónicas con fondo, desde el románico UNESCO hasta la vida de montaña que late a diario. Los periodistas encontrarán un territorio que se deja leer a pie de pista y a pie de iglesia, entre cumbres y campanarios. La ambición es sencilla y exigente a la vez, que cada paricipante regrese con un relato propio y con un mapa emocional del Valle de Boí.
