El montañero polaco Arkadiusz Wudarski falleció a sólo 300 metros de la cumbre del Aconcagua (6.962 m), la montaña más alta de América y una de las Siete Cumbres o Seven Summits, que es el nombre que recibe el reto de ascender a las montañas más altas de cada uno de los seis continentes. El montañero, de 52 años, se descompensó a una altitud de 6.600 metros, cuando ascendia en el tramo final hacia la cima. Es la segunda víctima de la actual temporada estival del Aconcagua, que se extiende del 1 de noviembre al 30 de abril.
Asistencia inmediata
El incidente ocurrió a media mañana, alrededoir de las 11.ooh, cuando el guía de la expedición alertó al Servicio Médico de Nido de Cóndores sobre las complicaciones físicas que presentaba Wudarski. Siguiendo las indicaciones, se le administró dexametasona, un fármaco utilizado para tratar el mal de altura. Sin embargo, el montañista no respondió al tratamiento y su pulso comenzó a debilitarse.
Ante el agravamiento de su estado, se procedió a inyectarle adrenalina, pero nuevamente no hubo respuesta. Finalmente, perdió el pulso carotídeo, y pese a los esfuerzos con maniobras de Reanimación Cardio-Pulmonar (RCP), no fue posible reanimarlo. Personal de la Unidad Patrulla de Rescate y Auxilio en Montaña (UPRAM) y un médico confirmaron su fallecimiento en el lugar.
Condiciones y desafíos del Aconcagua
El Aconcagua cuenta con la clínica más alta del mundo en el campamento Nido de Cóndores, ubicada a 5.590 metros sobre el nivel del mar. A pesar de la presencia de este recurso médico, la temporada actual ha evidenciado un incremento en las emergencias. Según el jefe médico del Aconcagua, Bernabé Abramor, en manifestaciones recogidas por el diario «Clarin» manifestó que «las condiciones climáticas han sido más favorables en comparación con temporadas anteriores, pero ha aumentado la cantidad de personas que requieren asistencia. Cada vez viene más gente, quizás menos experta en montañismo que en años anteriores. Buscan hacer expediciones cada vez más rápidas».
Mal Agudo de Montaña: síntomas y riesgos
La temporada de ascensos al Aconcagua comenzó el 1 de noviembre y se extenderá hasta el 30 de abril. Aunque las condiciones extremas, como temperaturas de hasta 30 grados bajo cero y vientos de 100 km/h, son un desafío constante, el incremento de montañistas poco experimentados representa un nuevo riesgo en esta emblemática montaña.
El Mal Agudo de Montaña (MAM) es un trastorno que se manifiesta con síntomas inespecíficos como cefalea, náuseas, mareos, insomnio, fatiga, anorexia y dificultad para respirar (disnea). Afecta principalmente a personas que ascienden rápidamente desde zonas de baja altitud a grandes alturas sin una adecuada aclimatación.
Aunque en muchos casos el MAM es autolimitado y los síntomas desaparecen con el descenso o el reposo, sus formas más graves pueden derivar en complicaciones potencialmente mortales, por lo que requieren intervención médica inmediata. Los principales factores que influyen en su aparición incluyen la velocidad del ascenso, la altitud alcanzada, la susceptibilidad individual, la intensidad del esfuerzo físico y el nivel de aclimatación previo.