Kami Rita Sherpa volvió a escribir su nombre en la nieve eterna del Himalaya. A sus 55 años, el legendario guía nepalí ha alcanzado por 31ª vez la cima del Everest (8.848 m), convirtiéndose de nuevo en el ser humano que más veces ha hollado el techo del planeta. Su ascensión, más que un récord, se ha transformado en una cita casi ritual de cada primavera en el Everest, una gesta que los propios nepalíes celebran con orgullo y proyectan al mundo como símbolo de su vínculo con la montaña. No se trata solo de subir. Es mantener viva una tradición de excelencia y resistencia que define la identidad sherpa.
La nueva cima fue confirmada por la agencia Seven Summit Treks, organizadora de la expedición, y que acompañó a Kami Rita como guía principal en una ascensión conmemorativa del Ejército de la India. El grupo, liderado por el teniente coronel Manoj Joshi, celebraba así el 50º aniversario de su primera expedición al Himalaya. Tras alcanzar la cima, el guía comenzó inmediatamente el descenso hacia el campo base, en buen estado.

Una vida al servicio de las montañas
Nacido en Thame, en la región de Khumbu, corazón de la cultura sherpa y cuna de generaciones de guías legendarios, Kami Rita comenzó su carrera como porteador en 1992 siguiendo el ejemplo de su padre, Mingma Tshering Sherpa, uno de los primeros guias profesionales locales. Dos años después, con solo 24, alcanzó por primera vez la cima del Everest, el 11 de mayo de 1994. Desde entonces, ha repetido casi cada año, en ocasiones hasta en dos ocasiones durante la misma temporada. Entre sus hitos: seis ascensiones dobles y más de cuarenta cumbres en ochomiles.
“Estoy feliz por este récord, pero los récords acaban siendo superados”, decía en 2024 al alcanzar la cima por 29ª vez. Sin embargo, nadie parece dispuesto aún a seguirle el paso. Su más cercano perseguidor, Pasang Dawa Sherpa, suma 29 ascensos, dos de ellos también esta primavera.
Mister Everest: símbolo de un país y una cultura
Apodado “Mister Everest”, Kami Rita es algo más que un alpinista. Es un símbolo de superación personal y del papel esencial que la comunidad sherpa ha desempeñado en la historia del himalayismo. Su trayectoria encarna el compromiso, la resistencia y el trabajo invisible que sostiene cada éxito internacional en las grandes montañas del mundo. El propio Ministerio de Turismo de Nepal lo ha reconocido como “un embajador viviente de nuestro montañismo”, y su figura contribuye cada año a consolidar el prestigio del país como epicentro mundial de la aventura.