La montaña como terapia: 5 beneficios físicos y mentales del trekking

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montaña trekking
La montaña nos hace cambiar nuestro sentido del tiempo. (Copyright/Turiski)

La experiencia de un trekking en la montaña nos brinda la oportunidad de aprender valiosas lecciones de vida.

A estas alturas, todos sabemos que la práctica habitual de un deporte aporta numerosos beneficios a nuestra salud física y psicológica. Pero hoy vamos a hablar del trekking o senderismo, una modalidad deportiva que nos brinda la posibilidad de contactar íntimamente con la naturaleza y la montaña, y que nos ayuda a reencontrarnos con nosotros mismos. Ambos factores hacen que esta actividad se convierta en una terapia efectiva, barata y alejada de los fármacos, que te invitamos a descubrir.

Una salida a la montaña ayuda a reducir los niveles de estrés

Caminar es una actividad que contribuye a aminorar los niveles de ansiedad, y si lo hacemos en un paisaje natural también lograremos otros beneficios, como modificar nuestros pensamientos. La conexión con la naturaleza nos hace ser conscientes de nuestro propio «yo» y, en consecuencia, más conscientes de nuestro estado emocional.

Las rutas clásicas en los Pirineos, por ejemplo, son el entorno perfecto para reducir la ansiedad ya que, además del esfuerzo y del gratificante afán de superación que supone realizarlas, el aroma de las plantas, los bellos paisajes, las aves, el aire puro… son de gran ayuda para desconectar y liberar nuestra mente de los problemas cotidianos, del pesimismo y del estrés.

La montaña trekking
Caminar es una actividad que contribuye a aminorar los niveles de ansiedad y si lo hacemos en la montaña o en un trekking obtendremos otros beneficios.

El trekking o el senderismo ayudan a mantener el cuerpo en forma

Realizar regularmente caminatas de larga duración es una actividad física completa, con la que fortalecemos especialmente las piernas, pero también desarrollamos la fuerza y la resistencia física. Caminar o correr por terrenos irregulares, siempre con cuidado para evitar las lesiones, proporciona mayor estabilidad a caderas, rodillas y tobillos, puesto que los músculos, tendones y ligamentos se ejercitan y fortalecen más respecto a las caminatas. Por otro lado, las ascensiones representan un mayor nivel de dificultad si las comparamos con las caminatas en un trayecto plano, y eso implica más trabajo. Como consecuencia, se obtiene una mejora del funcionamiento del sistema cardiovascular y se consigue un mayor fortalecimiento de cuádriceps, pantorrillas y glúteos. Esquivar las irregularidades propias del terreno (ramas, rocas, árboles, arroyos…) también contribuye a mejorar los reflejos y el equilibrio.

La montaña nos da lecciones de vida

La naturaleza es imprevisible, por lo que un montañero debe estar preparado para cualquier complicación, y saber actuar para salir adelante cuando las cosas se ponen feas (niebla, lluvia, una contractura…). Esta capacidad de resolución y de adaptación a la naturaleza es un excelente entrenamiento de vida que es posible aplicar con éxito a los continuos cambios que experimentamos a lo largo de nuestra existencia. La experiencia en la montaña nos dota de una lógica que, al ser aplicada en nuestras vidas, puede ayudarnos a adaptarnos y atravesar, sin grandes conflictos emocionales, eventos de la vida como cambios laborales, sentimentales o familiares.

La montaña trekking
La montaña nos brinda la oportunidad de compartir aventuras y aprender de la naturaleza.

La montaña nos cambia la percepción del tiempo y de lo que somos

Subir a la montaña nos hace cambiar nuestro sentido del tiempo, ya que podemos disfrutar, a nuestro propio ritmo y sin prisas, del paisaje, de los aromas, de los colores, de las texturas… Se nos despierta el deseo de mantener el equilibrio con la naturaleza y protegerla. Aprendemos a respetarla para sentirnos parte integrante de un entorno natural único que nos enseña valores que difícilmente podemos adquirir en otros lugares. Sin embargo, saber que elementos naturales como, por ejemplo, los árboles, los arroyos y el musgo perdurarán en el tiempo, nos hace ser conscientes de nuestro efímero paso por la vida y nos enseña a vivir con mayor intensidad cada minuto de nuestra existencia.

Las condiciones de la montaña nos hacen valorar nuestra vida

Preparar una excursión o trekking a la montaña significa ir con los recursos necesarios para la supervivencia. Esta dureza del medio, donde un simple trago de agua fría se considera como un auténtico placer, nos hace reflexionar sobre nuestras pertenencias y la suerte que tenemos de poder contar con las comodidades con las que vivimos. Pero, paradójicamente, también hace que nos demos cuenta que no es necesario estar en posesión de grandes bienes materiales para llevar una vida plena y feliz. En definitiva, la experiencia en la montaña nos brinda la oportunidad de aprender valiosas lecciones de vida, nos permite compartir aventuras con personas nuevas, nos ayuda a disfrutar de las pequeñas cosas y a valorar y respetar el medio ambiente.

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1 COMENTARIO

  1. Al hilo del artículo recomiendo dos libros; MONTERAPIA (2012) y SLOW MOUNTAIN (2016), que profundizan en lo señalado.

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