◄ El skimo es la variante del esquí de montaña, que se realiza por pistas de esquí, o sea por un entorno controlado, y que permite a los recién iniciados realizar sus primeros metros de desnivel.
¿Prohibir o promover? ¿Evolucionar o viajar al pasado? ¿Compartir o individualizar? Sacadas de contexto, todas estas preguntas que debaten entre el bien y el mal, entre el Yin y el Yang, parecen incoherentes y sin sentido. Pero si le añadimos un telón de fondo alpino y una cada vez mayor masa de practicantes de deportes outdoor, la cosa empieza a tomar sentido. Cada fin de semana, e incluso cada vez más entre semana, vemos a esquiadores subiendo por pistas de esquí. El denominado esquí de montaña o skimo, como la mayoría de modas o de deportes con un incremento importante de practicantes en poco tiempo, no está exenta de polémica.
Las acusaciones de comportamientos peligrosos siempre van dirigidos hacia los esquiadores de montaña, ¿pero nos hemos parado a pensar en los peligros que generan los propios esquiadores alpinos?
Los artículos que hablan sobre el tema, normalmente están escritos desde un perfil de esquiador alpino, enumerando los peligros, que los hay, que genera el, digámosle, “enemigo blanco”. Personalmente siempre me he definido como un amante de la naturaleza, y practicante activo de todo tipo de deportes al aire libre, sea verano o invierno, entre los cuales está el esquí en sus diversas modalidades, alpino, fondo y montaña, aunque desgraciadamente para mi sin demasiada fortuna en ninguno de ellos. Desde aquí queremos dar una visión más global, imparcial, y sobretodo respetuosa, generando aportaciones y no únicamente críticas gratuitas. Y por eso, nos gustaría tener tu comentario u opinión que sume y ayude a todas las partes a encontrar la mejor solución.
Pero empecemos por el principio; diferencias entre esquí alpino, esquí de montaña y skimo. ¿Existen tales diferencias? Es evidente que las hay entre el esquí alpino, puramente descenso en un entorno aparentemente controlado, y el esquí de montaña, subir y bajar en montaña abierta. El skimo requiere de unas buenas dosis de forma física, técnica de ascenso y descenso.
¿Pero existen tales diferencias entre esquí de montaña y skimo? La respuesta es afirmativa. Robándole las palabras a un buen amigo, el esquí de montaña se practica para disfrutar, el skimo para entrenar. Pues eso, el skimo es esta nueva variante del esquí de montaña, que se realiza por pistas de esquí, o sea por un entorno controlado, y que permite a los recién iniciados realizar sus primeros metros de desnivel, y a los veteranos de la nieve disfrutar de ella en épocas de poca precipitación del blanco y preciado elemento. Pero claro está, debe existir una buena convivencia entre todos.
¿Cuántos practicantes de alpino o de snow nos encontramos parados en la parte central de las pistas, en pleno descenso, o detrás de pancartas que señalizan un cruce de pistas o zona peligrosa?
Y para conseguir la anhelada convivencia, todo debería ser tan fácil como abogar a la ética y educación, y evidentemente al menos común de los sentidos, el sentido común, algo que desafortunadamente no abunda en una sociedad como la actual. La mayoría de estaciones alpinas están ubicadas en terrenos públicos sea en cesión o concesión de acceso público. Y precisamente esa propiedad pública es la fuente del debate. ¿Pueden los practicantes de skimo utilizar pistas de esquí, ubicadas en terrenos de montaña abierta y pública?
(Copyright/ Grup FGC)
Y podemos girar la tortilla, ¿Pueden los practicantes de esquí alpino dejar la comodidad de las pistas de esquí para descender por zonas no balizadas? Vamos a trasladar el ejemplo a la estación veraniega. ¿Pueden los practicantes de senderismo, trailruning, ciclismo de montaña, motociclismo enduro, por poner un ejemplo, los senderos y pistas de montaña, que aunque pasen por terrenos privados, disfrutan de un mantenimiento? O pongamos un nuevo ejemplo; las propias estaciones invernales se transforman en estaciones alpinas que ofrecen servicios los 365 días del año. En verano abundan los recorridos de descenso en bicicleta, y que en algunos casos, se cruzan o comparten tramos con recorridos de senderismo u otras disciplinas. Al mismo tiempo comparten terreno de juego con animales en libertad, algunos de ellos propiedad de alguna explotación ganadera. ¿Cómo deben actuar?
¿Pueden los practicantes de skimo utilizar pistas de esquí, ubicadas en terrenos de montaña abierta y pública?
Del mismo modo que los practicantes de deportes outdoor, que utilizan los senderos y pistas para su disfrute y/o entrenamiento, son o deberían ser conscientes que no son los únicos usuarios de esas sendas. Y por lo tanto, deben transitar y hacer uso de ellas con cautela y siempre respetando a los demás usuarios. Los practicantes de los deportes de invierno han, o deberían, actuar del mismo modo. Las acusaciones de comportamientos peligrosos siempre van dirigidos hacia los esquiadores de montaña, ¿pero nos hemos parado a pensar en los peligros que generan los propios esquiadores alpinos?
El practicante de skimo sube, pero también baja por la pista, y por ello es consciente de la visión del terreno en descenso, y de la reacción de los esquiadores en descenso ante un imprevisto. Raramente veremos a esquiadores en ascenso cruzar una pista por un cambio de rasante sin visibilidad. En cambio, ¿Cuántos practicantes de alpino o de snow nos encontramos parados en la parte central de las pistas, en pleno descenso, o detrás de pancartas que señalizan un cruce de pistas o zona peligrosa? Muchos, ¿verdad? ¿Y cuantos practicantes noveles nos encontramos bajando por pistas que no corresponden a su nivel, con el peligro que ello conlleva para ellos y el resto de practicantes?
Y que decir de los amantes de los saltos de vallas. Esos a los que les gusta presumir de su habilidad lejos de la zona habilitada para ello, con los consecuentes riesgos asociados. En resumen, ningún deporte al aire libre, y entre ellos los de invierno, está exento de riesgo o peligros, y en nuestra mano, como practicantes y usuarios del espacio natural, está el encontrar la ansiada convivencia, alejada de los radicalismos o extremos, abogando al principio del sentido común. Con él, y unas básicas normas de comportamiento, todo será más fácil.
Nota: Pendiente de publicar la segunda parte. ¿Qué podemos hacer para mejorar la convivencia en las estaciones alpinas?
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