5 consejos para seguir entrenando trailrunning en invierno, a pesar del frío

5 razones para esquivar la pereza, motivarse y seguir entrenando a pesar del frío. En resumen, planificar en invierno, para rendir en verano.

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entrenar trailrunning en invierno
Si bajamos la intensidad de nuestros entrenos de trailrunning podemos buscar alternativas en otros deportes. (Copyright/Jenny Hill/Unsplash)

A veces salir a correr por montaña da mucha pereza y por eso proponemos seguir entrenando en el gym o realizar deportes alternativos.

Metidos de lleno en la estación otoñal, se acercan irremediablemente los días más fríos y cortos (de luz diurna, se sobreentiende) del invierno, esos días dónde la pereza para salir a correr se apodera de nuestro subconsciente, dónde las excusas ganan por goleada a la motivación, y dónde las animadas tertulias post entreno de trailrunning con los amigos se trasladan a aburridas conversaciones a través de una conocida aplicación de mensajería de texto, eso sí, con divertidos emoticonos de “runners”.
Pero nosotros somos tozudos, mucho, y desde este artículo, y alejándonos de los tan habituales consejos sobre material o horarios, vamos a darte 5 razones para esquivar la pereza y seguir entrenando a pesar del frío, porque como acertadamente apunta el dicho atlético, entrenar o salir a correr los días de frío y lluvia vale por dos, lo que tu entrenas y lo que deja de entrenar tu rival.

1.- Aprovecharemos para realizar trabajo de gym

A la mayoría de corredores, la palabra “gimnasio” le provoca alergia, sólo de escucharla se estremecen todos sus músculos y salen a la luz todo tipo de molestias articulares. Y normalmente esto pasa por desconocimiento. ¿nos hemos parado a pensar todo lo que el trabajo muscular puede hacer por nosotros y nuestro rendimiento?.
La mejor manera de proteger nuestro cuerpo de un desgaste excesivo y de evitar lesiones para llegar a cumplir con nuestros objetivos, es realizar una temporada invernal con un par de sesiones de gym semanales, dónde trabajaremos todos los grupos musculares, y que podremos combinar con clases dirigidas, que siempre serán más amenas.
De toda esta base muscular invernal nos acordaremos cuando se acerquen nuestros objetivos de trailrunning veraniegos, cuando nuestro cuerpo, protegido de lesiones y sobrecargas por un gran trabajo previo, rinda a su máximo nivel.

2.- Realizaremos deportes alternativos al trailrunning

No todo en invierno se limita al trabajo de gym, ¡por suerte!. También trabajaremos ejercicios de cardio y fondo físico, pero no únicamente corriendo. Sabemos de la utilidad del cada día más utilizado “entrenamiento cruzado”, sobre todo la combinación de correr y ciclismo. Pero en invierno, según cual sea nuestra zona de residencia, circular en bicicleta por algunas carreteras se torna un deporte de riesgo debido a los días gélidos que hielan las carreteras y las tornan peligrosas. ¿entonces?
Nos quedan muchos otros deportes para trabajar nuestro fondo físico; esquí de montaña, raquetas de nieve, bicicleta de montaña, esquí alpino, escalada, alpinismo o esquí de fondo, por poner unos ejemplos, nos permiten trabajar nuestra forma física de manera excelente, a la vez que protegemos nuestras articulaciones, y se convierten en un gran aliado para seguir con nuestros entrenamientos cruzados durante los cortos días invernales.

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El gym nos ayuda a trabajar todos los grupos musculares.(Copyright/Inspired Horizons Digital Marketing/Unsplash)

3.- Trabajaremos la psicología

Esta puede ser una de las claves para alcanzar nuestro objetivo, sobre todo si este es finalizar un ultra trail o similar, pruebas de gran dureza física y psicológica dónde buena parte de la competición se realiza durante la noche, y en los casos de las carreras alpinas, con temperaturas bajas. Por eso salir a entrenar con frontal, en días de lluvia (que no diluvios) o en noches frías, ayudará a nuestro cuerpo a asimilar las sensaciones que nos encontraremos durante las horas nocturnas de nuestro objetivo. Será en él dónde nuestro cerebro actúe de manera autómata y, ante la primera duda, entienda esa situación como normal y sepa cómo reaccionar. Aunque nos parezca muy básico, saber escoger el momento oportuno dónde abrigarnos, dónde aflojar el ritmo para no arriesgar en demasía, o saber reaccionar si nuestro frontal se estropea, también se debe entrenar. Una vez más, los últimos y primeros meses del año son ideales para esta premisa.

4.- Testaremos nuevas maneras de alimentarnos y hidratarnos

Isotónicos, carbohidratos, bebidas proteínicas, geles, barritas…podríamos seguir escribiendo durante líneas y más líneas sobre productos para mejorar nuestro rendimiento y sobretodo nuestra recuperación post esfuerzo. Pero una de las máximas de los deportes de fondo es que nunca jamás, bajo ningún concepto, se deben utilizar por primera vez alguno de estos productos en carrera, y nos atreveríamos a decir, que no se deberían utilizar durante las últimas semanas previas a nuestro objetivo.
Una buena época para testear nuevos productos será en invierno, dónde todavía estaremos lejos de nuestros objetivos. Comprobar su función, su textura, su sabor, el tiempo que tarda en diluirse en el agua (en el caso de los batidos o isotónicos), en tiempo que tardamos en asimilarlo y notar su efecto, y sobretodo comprobar cómo reacciona nuestro cuerpo a su ingesta, antes, durante y después de la sesión de entrenamiento. En el día D es muy importante que todo lo que vamos a ingerir esté previamente probado, que nuestro cuerpo sepa que sabor se va a encontrar, te textura nos apetece más en cada momento, y sobre todo, que nuestro cerebro sepa, y esté convencido, de los beneficios que le aportará ese alimento.

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El esquí de fondo es una práctica deportiva muy completa. (Copyright/Simon Matzinger/Uunsplash).

5.- Divertirnos sin presión

Aunque la mayoría somos deportistas por afición, tenemos tendencia a exigirnos un buen rendimiento, un gran resultado. Y esto puede ser bueno como motivación, pero se nos gira en contra cuando esa presión se convierte en nervios y tensiones a medida que se acerca nuestro objetivo. En cierta medida podemos aprender a controlar esa presión y nervios, pero siempre quedará ese reducto, hasta cierto punto beneficioso, que nos hará estar intranquilos. Como ese momento irremediablemente llegará, vamos a disfrutar de toda nuestra pretemporada de trailrunning en invierno siguiendo las pautas anteriores, sin presión, sin nervios. Seguro que nos divertiremos más de lo que nos pensamos, y además estaremos convencidos que lo que hacemos, lo hacemos bien.

Y ahora, después de leer este artículo, ¿sigues esperando que pase el invierno para salir a correr, o te atreves a plantarle cara? Espero tu opción sea esta última.

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